Me siento gigante, como el reloj que acabo de terminar y entregar...
Y es que le tenía muchísimas ganas a este trabajo, pero nunca encontraba el momento y no disponía del material necesario. Hasta que lo conseguí. Os presento al protagonista. ¡Que orgullosa estoy de él! Sin duda uno de mis mejores trabajos...
Todo comienza con una bobina de cable que desarmé. Con las circunferencias tenía muy claro que algún reloj caería.
Y así ha sido.
Primero fue lijar bien la superficie.
Luego lo teñí con una mezcla de tintes: una parte de tinte negro con una parte de wengué y dos partes de agua.
Una vez seco, lo barnicé. Y así quedó...Con un efecto a madera manchada con brea.
Con un trapo manché la superficie con pintura a la tiza.
Y lo barnicé...
Hice las agujas con madera de una caja de fruta.
Primero hice la plantilla en papel, la pasé a la madera, la corté, lijé y pinté en negro.
También les di un toque con marrones para darle efecto de óxido.
Mi quebradero de cabeza era cómo haría los números. Quería que fueran romanos...
Aquí es, donde vuelve a parecer, como he comentado alguna otra vez, que los astros se alinean a tu favor... y es que al día siguiente fui con mi familia al monte. Aparcamos sobre la hierba, junto a la carretera, y al salir del coche piso y noto hierros bajo mis pies. Miro y...¡oh que ven mis ojos! El suelo estaba lleno de trozos de barillas de encofrado, escondidas entre la hierba (no se qué personaje los tiraría allí pero yo hice buen uso de ellas). Fueron mi salvación.
Llené una bolsa y me las llevé. Con ellas conseguiría darle al reloj ese toque industrial que tanto me atrae.
Las limpié con vinagre y estropajo, sin quitarles del todo el óxido.
Las corté a la medida deseada...(por la mitad fue suficiente).
Y las pegué con cola de contacto transparente, creando los números del reloj.
Lo barnicé todo otra vez y pegué las agujas al reloj.
Este reloj tan deseado me quedó como hubiera imaginado. Perfecto.
Que orgullosa estoy del resultado, y su dueña se ha enamorado de él. Qué más se puede pedir... Gracias Nerea por hacerme sentir que el trabajo ha merecido la pena.
Y a ti, ¿qué te parece?
Hasta pronto.