Revista Sociedad

Remar hacia el Sur

Publicado el 07 abril 2014 por Oscar @olavid25
El remo es un deporte muy sano.

El remo es un deporte muy sano.

Después de 160 años, los promotores de la Boat Race, que enfrenta a universitarios-remeros de Oxford y Cambridge, se han planteado admitir la participación femenina en una próxima edición. La noticia, tratada de forma marginal por las agencias, que dan prioridad a lo de siempre, nos alerta de la lentitud con la que reman en ambas instituciones en materia de igualdad o quizás de la escasa afición de las británicas por el banco móvil. A los que observamos sin pasión el duelo, nos trae sin cuidado de qué lado ha caído este año la victoria y si el triunfo de Oxford ha resultado polémico, que lo ha sido, o el más claro de la historia, que creo que también. Me interesa el hecho para determinar si hay posibilidad de que ambas universidades bequen a unas decenas de descerebrados de la Liga Norte italiana, que se hicieron a la mar en su país con rumbo a las costas de África para demostrar lo fácil que es dar el salto a Europa y acabaron naufragando.

La aventura de los citados tiene algo de castigo divino, de paradójico final deseable para toda esa derecha racista europea embozada en ideas llamadas a naufragar. Y, además, tiene su gracia. Partieron los siete marineros de agua dulce de Melito di Porto Salvo, en el sur de Italia, con un bote de goma, con destino a Túnez, tal vez a la antigua Cartago, pero cerca de Malta el motor se incendió. Tras unos minutos de lucha con las llamas, decidieron lanzar una bengala para pedir auxilio, pero olvidaron que la dirección es muy importante en estos casos y acabaron perforando la embarcación. Finalmente rescatados y conscientes de la dificultad de la travesía, deberán pagar la factura de la operación de salvamento. Ahora alegarán que es más difícil remar hacia el Sur.

No conozco los éxitos deportivos del equipo de remo de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, ni siquiera si existe tal. Lo que si existía y ha dejado de hacerlo es el grado de Igualdad de Género, que no tiene aceptación, cuenta El País, y se lo han cargado. Era único en España. A mí, me extraña, porque queda tanto por hacer. En Valencia, sin ir más lejos, todavía no se han enterado para que sirven las cuotas en la lucha por la igualdad y favorecerán a los hombres en caso de empate en una oposición a inspectores de Hacienda porque dicen que hay pocos. Que no se trata de dividir el mundo al 50%, que basta con un mundo que otorgue las mismas oportunidades a todos los suyos.


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