
1-COPOS DE AVENA PARA EL ESTREÑIMIENTO: La probabilidad de ir estreñida aumenta con el embarazo debido a la presión del feto y a que los movimientos intestinales se ralentizan a fin de garantizar la absorción de nutrientes. Para recuperar la regulardad habitual, desayuna unbol de copos de avena con una fruta ácida (kiwi, fresas, naranjas, uva) Con un aporte en fibra, y también en calcio y hierro, superior al de los cereales de trigo, la avena aumenta la masa fecal y activa los movimientos intestinales.
2-ALFALFA O SOJA GERMINADA EN LA ENSALADA: Para evitar el riesgo de anemia, que se incrementa en la recta final del embarazo, procura comer productos que contengan bastante hierro. Una excelente idea es añadir a las ensaladas alfalfa o brotes de soja. Aparte de hierro, los germinados poseen enzimas que mejoran la digestión y buenas dosis de ácido fólico, una vitamina que previene importantes malformaciones en el feto.

4-YOGUR CON MIEL ANTES DE ACOSTARTE: La mejor forma de proteger tus huesos y favorecer el crecimiento del bebé, es consumir una ración más de lácteos al día. Si lo haces antes de irte a dormir, mantendrás los calambres a raya. Os aconsejo tomar un yogur con miel, un endulzante natural que reforzará vuestras defensas en invierno.
5-YODO EN LA DIETA: Las embarazadas deberían aumentar la toma de yodo hasta alcanzar los 250-300 microgramos al día, una dosis pequeña pero de vital importancia para el bienestar de la madre y la salud del bebé. La falta de yodo puede provocar hipertensión en la embarazada, fatiga, partos prematuros y retrasos, a veces irreversibles, en el crecimiento y el desarrollo mental del feto. Para conseguir comer la cantidad necesaria, basta con utilizar sal de mesa enriquecida con yodo y comer pescado de mar o marisco cuatro veces por semana.
