Durante el verano he tenido bastante abandonado el blog, quizás porque también me he tenido bastante abandonado a mí mismo. Una de esas temporadas sumido en las marismas de la que a veces resulta ser mi peor enemigo: mi mente. Atrapado en una encrucijada de pensamientos que tratan infructuosamente de volver a tejer la frágil telaraña que resulta nuestra percepción de la realidad, nuestros esquemas, cuando algo o alguien la rompen de un simple soplido.
¿Cómo empezar de cero? ¿Cómo evitar la desazón de los recuerdos? ¿Cómo no hacer lo que le corazón te pide que hagas?. En definiva, ¿Cómo abordar esa inconmensurable dificultad?. Depende de cada persona y cada situación, algunos preferirán lanzarse a la piscina, en mi caso personal trataré de ir pasito a pasito, saboreando cada sorbo de aquello que me haga sentir bien, que me inspire confianza; una vieja canción, una nueva afición… Esas pequeñas cosas.
Pero ya estoy de vuelta, y aunque prácticamente nadie lea estas líneas, creo que seguir expresando lo que siento, y hacerme eco de aquello que desde mi humilde punto de vista toda persona debería al menos conocer, puede ser si acaso baldío, pero siempre algo loable. Puede que el no tener apenas lectores también tenga un punto positivo, seguiré tratando de actualizar el blog, con la frecuencia marcada por el tiempo del que disponga, y de la presencia o no de palabras que quiera escribir y contar, sin forzar… Expresando y comentando todo aquello que considero oportuno, sin una palabra de más, pero tampoco de menos.
Un saludo, espero que hayáis tenido un feliz verano.