Revista Opinión

Renaissance brussels hotel (bruselas - bélgica)

Por Candreu
RENAISSANCE BRUSSELS HOTEL (BRUSELAS - BÉLGICA)RENAISSANCE BRUSSELS HOTEL (****)19 Rue du Parnasse10050 Bruselas (Bélgica)Habitación: 415Fecha de entrada: 24/10/2022
Tarifa: 311€ (SA)
En el barrio Europeo, al lado mismo del Parlamento y a escasos dos minutos caminando de la Plaza Luxemburgo encontramos un edificio algo antiguo, hoy con media fachada recubierta por una lona azul que indica su renovación total exterior. Siete plantas en una fachada en color arena con ventanas cuadradas en oscuro y rematadas en un tejado de pizarra negra con algunas veluxes. El nombre del nombre del hotel escrito en grandes letras negras de arriba a abajo. La puerta de acceso se ubica en una tranquila calle, rodeada de enormes cristaleras que dan al bar y la recepción del hotel. Bajo un pequeño tejadillo de aluminio, dos puertas automáticas normales y una enorme puerta giratoria, también automática, en aluminio dorado y cristal nos deja en una enorme recepción de techos altos, llena de luz -algo fría- y suelos recubiertos de una gruesa moqueta en azul con detalles en negro. El espacio más amplio se abre hacia la izquierda, donde encontramos el tranquilo bar, algunas mesas altas de trabajo compartido y varios sofás para la conversación.. De frente, un generoso espacio con modernos y mullidos sofás y butacas, y otra larga mesa comunal de bonita madera. En esa zona cuelgan del techo grandes lámparas de colores y una librería. A la derecha vemos tres mostradores individuales que hacen de recepción. Los mostradores, modernos, de madera oscura con una gran pantalla cada uno aparecen bastante desordenados con cuadernos, papeles y carpetas por encima. En la parte frontal de los mismos en un display de metacrilato, algunos folletos con información del programa de fidelidad del hotel. Hay dos empleados, pero sólo uno atiende. Tenemos dos personas esperando por delante y el proceso se eterniza. Cuando por fin nos toca nos cambian de mostrador por problemas con el ordenador. Tampoco en el nuevo parece que la cosa vaya mejor. El proceso es tedioso y lentísimo y eso que sólo nos ha pedido el DNI y que tenemos el nivel gold del programa de fidelidad. Por fin nos entrega un cartoncito en el que encontramos la tarjeta llave de la habitación y nos da un documento para firmar. Nada más. No hay disculpas, tampoco explicaciones sobre servicios del hotel, ni horarios, ni el wifi. Nada. Hay mucha cola detrás y llevábamos casi 20 minutos esperando. Por cierto que el wifi funciona perfectamente en todo el hotel, de manera estable y veloz, detectado automáticamente por el explorador al ser cliente fiel de la compañía y utilizar las mismas claves del programa de fidelidad.Volvemos sobre nuestros pasos para dirigirnos a los ascensores, que se ubican al otro lado de las lámparas colgantes. Hay tres. Con puertas automáticas metálicas de color negro. Su interior, muy moderno obliga por seguridad a acercar la llave de la habitación a un lector para poder elegir nuestro piso de destino. Botonadura metálica que ilumina en rojo el piso elegido, paredes de madera clara y moderna, un espejo al fondo, cuatro puntos de luz en el techo y una pantalla con anuncios de los servicios del hotel y la cadena. Las puertas se abren a un recibidor en moqueta color gris, morado y negro. Mullida, moderna y limpia. Delante, un colorido mural con las mismas lámparas de colores que había en la recepción. El pasillo corre de derecha a izquierda con paredes en blanco y negro (en la zona de las puertas). Luces indirectas y puertas robustas en madera de color oscuro. Elegantes indicadores en madera y metal del número de habitación. Los pomos de la puerta son modernos, metálicos con un lector de tarjetas por contacto.RENAISSANCE BRUSSELS HOTEL (BRUSELAS - BÉLGICA)El lado interior de la puerta se nota algo más antiguo. La moqueta pasa a ser color marrón clara con algunos pequeños detalles más oscuros, pero en cualquier caso limpia, gruesa y mullida. Antes del dormitorio hay un pequeño espacio, algo angosto en el que encontramos a la derecha, un interruptor y a continuación la estrecha puerta del baño, en madera algo vieja y con la manilla dorada algo destartalada. A continuación un armario empotrado sin puertas con una bandeja saliente de piel negra en la que hay dos tazas con dos galletas y un hervidor de agua, pero no hay ni café, ni té disponibles. Debajo un minibar vacío con la puerta de cristal. En el lado izquierdo encontramos un armario con dos estrechas puertas correderas de madera y espejo. En su interior, una barra colgador con perchas normales y de falda, una balda superior con dos toallas para la piscina y unas zapatillas de felpa, la plancha y la tabla de planchar. A su lado, un maletero alto y generoso, rematado en un cojín de piel color gris verdosa algo deteriorado.Un paso más adelante entramos en el amplio dormitorio. Techo blanco y paredes en vescom marrón claro. Resulta cálido y acogedor, aunque el frío que expulsa el aire acondicionado convierte la habitación en algo un punto desagradable. Este funciona desde un sencillo display con una pantalla digital en la que con una rueda seleccionar la temperatura a la que se quiere estar, pero por más alta que la ponemos el aire sale permanentemente frío. Además resulta bastante ruidoso, incluso con él apagado y durante toda la noche se oye un ruido como si el aire siguiera en marcha. A su lado, en la pared hay dos láminas de grabados clásicos enmarcados.RENAISSANCE BRUSSELS HOTEL (BRUSELAS - BÉLGICA)En el lado izquierdo del dormitorio hay un largo y ancho armario cajonero con una decena de cajones. Encima de él una televisión de pantalla plana, una botella de cerveza con una tarjeta del director del hotel, una cubitera de hielos y una botella de agua de cortesía con dos vasos de vidrio. Pegado a este armario hay un potente escritorio con una zona intermedia de piel sobre la que trabajar de forma más agradable. Sobre él hay un teléfono, un bloc de notas y un bolígrafo y una lámpara metálica con tulipa en tela color crudo que hace las veces de flexo, quizá con poca potencia de luz. En la pared hay dos enchufes disponibles, los únicos de toda la habitación, bastante alejados de la cama. Debajo del escritorio hay una papelera metálica en negro y una confortable silla de trabajo de piel sin brazos y con ruedas, regulable en altura. Colgando de la pared, un espejo cuadrado con un fino marco en color plata.La pared del fondo la ocupa la ventana, en aluminio blanco con vistas a la puerta principal del hotel. Protegida por un visillo y por un feo foscurit, en tonos marrones y verdes, muy potente que impide por completo el paso de la luz en la mañana. Bajo la ventana hay una mesa redonda de centro y a su lado una butaca cómoda en tela marrón y azul con un apoyapiés a juego. Justo detrás una lámpara de pie a juego con el flexo del escritorio.En el lado derecho queda la cama, empotrada en un cabecero algo antiguo de madera oscura con una zona central de piel cruda. Tamaño muy generoso, con un colchón de buen calibre recubierto por un mullido topper. Cuatro almohadas, vestida con un nórdico que no está del todo bien estirado y hace algunas incómodas arrugas en el interior. A ambos lados sendas mesillas de madera a juego con el cabecero y tapas de cristal. En una de ellas hay un teléfono negro y en el cajón un ejemplar de la Biblia de los Gedeones. No hay enchufes disponibles. Sobre ellas, anclados al cabecero hay sendos apliques de luz con tulipa de color marrón clara algo deteriorada, especialmente una de ellas. La iluminación general es cálida aunque algo tenue para la lectura y el trabajo.. RENAISSANCE BRUSSELS HOTEL (BRUSELAS - BÉLGICA)Pese a ser grande, el hotel resulta tranquilo. La insonorización exterior es muy adecuada y sólo a primera hora de la mañana el monstruoso ruido de unas obras cercanas nos despierta. No se escuchan en absoluto ruidos en el interior del hotel. Eso unido a la oscuridad absoluta que se consigue en la habitación hace que el descaso sea fácil.
La puerta del baño, que está desequilibrada y se cierra sola, resulta estrecha y su interior algo ajustado de tamaño. En poco espacio se recoge todo lo necesario, sin agobios pero sin holguras. Techo blanco, paredes de porcelana marrón clara algo brillante. Suelo del mismo color pero en mate. De frente un armario rectangular de madera rematado con una encimera de mármol en color arena sobre la que hay dos vasos de cristal, una toalla de manos, una caja de pañuelos de celulosa, una pastilla de jabón en una cajita de cartón, y un bote de crema hidratante. Incrustado en ella un lavabo blanco con un moderno grifo monomando. Justo enfrente un espejo cuadrado con sendos apliques de metal y cristal blanco a ambos lados. Por debajo de la encimera, en el armario se ofrece un potente secador de pelo y dos toallas de lavabo en algodón a rayas, de tamaño y calidad correctos, y todavía más abajo una papelera metálica de pedal. . RENAISSANCE BRUSSELS HOTEL (BRUSELAS - BÉLGICA)
Detrás de la puerta queda el inodoro, con una sucia mancha marrón provocada por la humedad constante. La cisterna aparece remetida en la pared y sobre ella, en un fino toallero se ofrecen dos toallas de ducha, a juego con las del lavabo, algo escasas de tamaño pero de calidad correcta. La bañera, que está bastante sobreelevada, ofrece en su perfil el pie de ducha. Media mampara de cristal fija evita que el agua de la ducha se derrame por fuera. Grifo monomando en una de las paredes laterales con un tubo flexible que lleva a un grifo de teléfono generoso. Aunque la temperatura del agua es adecuada, la presión y el caudal dejan bastante que desear. Anclados a la pared hay tres botes -decorados con motivos florales- dispensadores de gel, champú y acondicionador. 
Por la mañana, en la salida el mismo caos en los mostradores. Demasiados empleados en cada uno de los mostradores para un servicio de salida demasiado atropellado y caótico en el que no saben si ya hemos pagado o no la habitación con la reserva... Por fin, adios.  
Calidad/precio: 7Servicio: 6Ambiente: 8Habitación: 8Baño: 8Estado de conservación: 8.5Desayuno: Valoración general: 8

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