El mayor y más importante suceso de los que señalaron la vuelta de don Jaime a Aragón, después de la conquista de Baleares, fue sin disputa el principio de la guerra contra los moros de Valencia. Era el deseo constante del monarca emplear sus armas contra los infieles. Convidábale la ocasión de estar el destronado emir Ceid Abu peleando contra el rey Ben Zeyan, que le había lanzado del reino. Y acabaron de alentarle, si algo le faltaba, el maestre del Hospital Hugo de Folcarquer y Blasco de Aragón, que hallándose el rey en Alcañiz. le instigaron a que cometiera aquella empresa (1232).
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"Barones, les respondió don Jaime con su acostumbrada entereza: mengua y deshonor sería que quien siendo menor de edad y ha ganado un reino que está sobre la mar, abandonara ahora un lugarcillo tan insignificante como este, y el primero a que hemos puesto sitio en este reino. Sabed que cuantas cosas emprendimos fiados en la merced de Dios las hemos llevado a buen fin. Así, no sólo no haremos lo que nos aconsejáis, sino que por el señorío que sobre vosotros tenemos mandamos que nos ayudéis a ganar la villa, y que el consejo que nos habéis dado no volváis a darlo jamás".
A todos impuso respuesta y resolución tan firme. El cerco prosiguió: redobláronse los esfuerzos del rey y de los suyos, y al cabo de dos meses Burriana se rindió a don Jaime (julio de 1233), el cual dejando en ella el conveniente presidio al cargo de dos de sus más leales caballeros, hasta que llegase don Pedro Cornel a quien encomendaba su defensa, fuese a Tortosa para entrar en el reino de Aragón.
A la rendición de Burriana siguió la entrega de Peñiscola, importante fortaleza, la primera que don Jaime en otro tiempo había intentado tomar.

La Historia General de España de Modesto Lafuente, es considerada el paradigma de la historiografía nacional del pensamiento liberal del siglo XIX. Impresa en Barcelona por Montaner y Simón entre 1888 y 1890.