La molesta luz del sol despertó a Mauro, entre abrió los ojos y le llegó la borrosa imagen de una habitación extraña para él, quizás era por la resaca que tenía pero no le dio mucha importancia, se volvió a enrollar en la cobija dispuesto a seguir durmiendo un poco más.
-¿Podrías dejarme un poco de cobija? -preguntó una voz, la voz que de su ex compañero de colegio, René.
Mauro se quitó la cobija de la cara y volteó su cabeza hacia la derecha para ver que a su lado descansaba René recostado de lado, su silueta algo gruesa no dejaba de ser muy femenina, ya no tenía la larga y negra melena de la noche anterior, debió de tratarse de una peluca, su cabello natural era corto y de color rojizo, vestía un camisón de dormir celeste y un shorth a juego, el camisón apenas le llegaba a cubrir los glúteos, el short alcanzaba las rodillas.
Muy despacio, Mauro se levantó y cubrió con la cobija a René, se sentó en el filo de la cama, para su alivio aún llevaba la mayor parte del disfraz de pirata, camisa y pantalón, pero el haberse despertado junto a un travestido le hacía preocuparse de las cosas que no podía recordar después del cuarto trago.
- Disculpa, podrías decirme dónde estoy y cómo llegué aquí.
- ¿Que cómo llegaste? -René giró para quedar acostado sobre su espalda y mirar bien al asustado intento de pirata- ¿de verdad no te acuerdas? - como respuesta un rostro lleno de incertidumbre- ¿después de las cosas que me hiciste?- Dijo mientras sonreía de forma pícara- ¿después de todo lo que me enseñaste, machote? No puedo creer que te hayas olvidado de la noche de pasión que me has dado.
-¡No¡ -gritó Mauro poniéndose de pie con cara muy blanca- Yo no soy gay, no es que tenga algo contra las personas que son como tú, pero definitivamente no podría hacerlo con un hombre, ¿entiendes? Por mucho que haya bebido...
René no pudo contenerse más y soltó una carcajada que resonó por toda la habitación.
-Tranquilo - dijo- aún conservas el invicto - se sentó y se desperezó estirando los brazos- Mauro suspiró aliviado- pero debes tener cuidado - continuó René- eres de los que se le mojan la canoa cuando estas borracho.
- Eso no es cierto.
-¿En serio? -René se puso de pie dejando ver su figura- ¿Qué es lo último que te acuerdas de ayer?
-Pues... -Trató de hacer memoria pero no pudo dejar de observar a René mientras se dirigía hacia un armario, no podía dejar de pensar que podría pasar por mujer si no fuera por la falta de senos.
-¿Y bien? -Regresó a ver a Mauro que apartó rápidamente la mirada volteando a ver el techo, si él tenía ganas de mirar que mirara, este asunto podría volverse divertido- No recuerdas nada, ¿verdad? -continuó como si nada, abrió el armario del cual sacó un vestido verde sencillo de una sola pieza, abrió la puerta que estaba en la esquina de la habitación, resultó que daba al baño, no cerró porque estaba seguro que Mauro intentaría espiar, se quitó el camisón y empezó a lavarse el rostro en el lavabo- Te diré que fue lo que hiciste: en la fiesta intentaste besarme, en el taxi trataste de mandarme mano por debajo del vestido, y ni bien entramos a mi departamento te pusiste muy cariñoso -dejó de echarse agua al rostro para colocarse una especie de crema, observó en el espejo el reflejo del inquieto pirata que no sabía si quedarse a mirar o emprender la retirada.
-Desperté en tu cama, ¿seguro que no hicimos nada? - Dijo Mauro cuando finalmente logró tranquilizarse lo suficiente.
-No -Respondió René que ahora se enjuagaba con agua caliente- y mira que insististe mucho, te dejé en el sofá pero te fuiste para mi cama, tres veces, dijiste algo que supongo era tu frase para ligar, como estabas tan borracho que no te entendí nada, la última vez llegaste casi arrastrándote y te dormiste en el piso, te iba a dejar ahí pero me diste pena.
-¿Y no intentaste tocarme? ¿Ni siquiera un poco?
-Parece que querías que algo pasara -René había acabado de secarse y salía del baño, se puso el vestido en frente de Mauro que pudo notar que llevaba una especie de faja de color piel que no se distinguía a simple vista.- Mira, creo que necesitas hablar de ciertas cosas con alguien, pero yo no soy terapeuta, lo que te puedo ofrecer es una ducha caliente, ropa limpia que te va a quedar algo pequeña, y algo para desayunar.
-¿Ropa de mujer?
-Claro que no, bobo, es ropa deportiva que uso cuando voy al gimnasio, hasta ahora sólo he usado faldas cuando estoy a solas, ayer fue la primera vez que usé un vestido en público. Ahora ve a ducharte mientras preparo el desayuno, te dejaré la ropa sobre la cama.