No es por echar más leña al fuego, pero la noticia no me sorprende en absoluto. Renfe ha decidido suprimir el servicio que une Toledo y Albacete de forma directa mediante trenes AVE, hecho que se hará efectivo a partir del próximo 1 de julio, y que se debe a la falta de demanda; el servicio cuenta con una media diaria de tan sólo 9 personas.
No es una noticia agradable, puesto que cualquier supresión de un servicio no sienta bien a quienes nos gusta el ferrocarril y viajar en tren. No obstante, es cierto que, para quienes defendemos la mejora de los servicios convencionales, modificando ciertos tramos para aumentar la velocidad hasta los 200 o 220 km/h., sobre la creación (sin ton ni son) de nuevas líneas de alta velocidad, no nos pilla de sorpresa (al menos a mí).
Una línea de alta velocidad en nuestro país puede ser rentable para unir grandes distancias (Madrid-Barcelona), pero, a pesar de los informes a favor de estas líneas que leo en diversos medios de comunicación habitualmente, no veo la rentabilidad en otros trazados, donde es más que suficiente elevar la velocidad máxima hasta los 200 km/h, y así, dar servicio a la mayor parte de la gente, con trenes directos que unan las capitales de provincia y con trenes que paren en localidades más pequeñas y/o pueblos.
Por último, comentar que los pocos viajeros que usaban el servicio suprimido, tendrán que realizar transbordo en Atocha para combinar dos trenes, Toledo-Madrid y Madrid-Albacete, aunque el precio del billete será más barato, con lo que puede ser que aumente el número de viajeros.
Enlace: Público.es