Callejeando con unos amigos por Las Palmas de Gran Canaria me tropecé con este lugar que hoy les muestro. Pasé por delante y no pude evitar detenerme. Mirando por una de sus ventanas me cautivó su decoración, en especial la zona de la librería, acogedora y diferente. La cuestión es que les escribí para dedicarles un post. Les pedía imágenes y algo de información, a la que suelo dar forma, pero que en esta ocasión he preferido dejar tal y como la han enviado porque describe perfectamente el local y el concepto.
Sin hacer desaparecer los elementos clásicos de siempre, interrumpe lo moderno, lo rectilíneo y depurado. Dos estancias, una de batalla y quizá más propensa por la barra y las barricas a la tertulia entre desconocidos. La otra, de salón de restauración donde el propio género estrella del local, el jamón, también ha tenido que actualizar y refinar sus modales para aparecer (carpaccio de jamón ibérico, degustaciones variadas, milhojas de jamón, crema de jabugo…). Una renovación total del concepto tasca, desde el proyecto de interiorismo y decoración hasta lo más profundo de la cocina y sus productos. Lo curioso del lugar es cómo todo se ha realizado, íntegramente, aprovechando el reciclaje de materiales, la descontextualización de elementos de construcción, así como la inclusión de diversos mundos en el espacio. Cultura, gastronomía… lo tradicional y lo moderno. Este local llamado Pecado Ibérico surge en Las Palmas de Gran Canaria de mano de Joaquín Carrillo Mostixqi, responsable íntegro de la obra, diseñador industrial y artista plástico en una nueva aventura empresarial. Crear un lugar cómodo, con vida, con hilo musical a lo John Cage donde las conversaciones surjan espontáneamente y la restauración aparezca como un excelente acompañamiento.
Calle Cebrián, 21.