
Desde sus comienzos el logotipo ha ido evolucionando pero no fue hasta 1970 cuando el pintor español Vicente Vela creó el anagrama que conocíamos hasta día de hoy.

Cuarenta y cuatro años más tarde, Michael Amzalag y Mathias Augustyniakhan lo han simplificado con la intención de recuperar su origen histórico como hierro de marcar, utilizado para identificar pieles y ganado.

El packaging de las cajas también ha sido modificado: del tradicional marrón con efecto cuero a un color blanco ahumado para evocar los libros de una biblioteca.

Sin embargo este no es el único cambio que se ha producido en la casa. A cargo del nuevo director artístico se ha realizado una revisión de los emblemáticos bolsos Amazona y Flamenco, de la biker jacket y la mejora del trench, más impermeable y en piel arrugada. Además, saca de la trastienda piezas de mobiliario que también comenzarán a venderse en nuevas combinaciones cromáticas.
Ha comenzado una nueva era Loewe.
¿Qué os parece la nueva imagen?