Revista Diario

Renqueante

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient

Soy un culo inquieto, muy inquieto. Así que cuando por motivos de salud no puedo hacer las mil cosas que quiero hacer diariamente, mi estado de ánimo se resiente muchísimo y eso es exáctamente lo que me está pasando ahora.

Empiezo a estar bastante pachucha, fastidiada con tanto achaque, sobre todo con los mareos tan fuertes y la falta de aire. Es verdad que todos los días no estoy igual y que normalmente los ratos en que peor me encuentro son las primeras horas tras levantarme y desde que cae la tarde, por lo que el grueso del día me puedo apañar, pero aún así siento que estoy todo el día arrastrándome. Después de un primer embarazo tan malo, estoy contentísima de haber llegado hasta aquí así de bien; estoy hasta contenta de tener los achaques que tengo porque sé que no son nada del otro mundo. Pero me hubiera encantado aguantar un poco más, ya que me quedan, calculo yo, unas 6-7 semanas, y empiezo a tener serias dudas de cómo voy a seguir ocupándome de mi hijo del modo en el que me gusta hacerlo. ¡No me quedan fuerzas!.

He llegado a ese punto en el que, si pudiera, pediría la baja y me dedicaría a descansar, dar paseos a mi ritmo cuando me sintiera con ganas y poco más. Pero no puede ser y noto que todo el optimismo que traía de meses atrás se ha esfumado. Me siento tristona, irritable, sin ganas de hacer nada más que dejar pasar el tiempo… me da una rabia tremenda porque parece que mi estado de ánimo tuviera vida propia.

Más que por mi, por quien más lo siento es por el mayor. Parece que la primavera ha entrado con todo su esplendor justo cuando yo ya no estoy en condiciones de seguirle el ritmo ni en casa ni mucho menos en el parque. Siento que va a ser quien más pague el pato.


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