En un articulo publicado en La Voz de Galicia se hablaba de la necesidad de tener un mecanismo de control para que el medico pueda saber a ciencia cierta si sus pacientes han retirado todos los medicamentos que les ha prescrito para determinada dolencia. En el mismo articulo también se consideraban factores disuasorios como lo es el copago farmaceutico y la crisis económica.Sin embargo hay pacientes a los que por el tipo de copago no les afecta, llegan con facilidad al tope o simplemente no tienen tope. Aun así tampoco retiran sus medicaciones completas. Posiblemente porque el vecino de turno les ha dicho que sufre de lo mismo que el y solo toma una cosa o dos, y que además esta fantásticamente bien, o porque simplemente, nuestro paciente, cree que no lo necesita lo cual crea un problema de adherencia.La tendencia es que el paciente sea cada vez mas una parte importante de su tratamiento y del mantenimiento de su salud, que participe y de su opinión acerca de lo que esta dispuesto a seguir o no, antiguamente era el medico quien definía la estrategia, determinaba cual es el mejor tratamiento, la mejor elección. A esto se llama "emponderamiento del paciente", yo prefiero llamarlo paciente experto. Sin embargo no son muchos los pacientes que se involucran activamente en el mantenimiento de su salud. La mayoría de los pacientes tienen dificultades para recordar los medicamentos que toman.
Hace poco lei sobre una iniciativa de la industria farmacéutica para nombrar a los biologicos biosimilares de forma distinta a lo que se viene haciendo, la principal preocupación, indican, es que nombre va a aparecer en la etiqueta ante el auge de los genéricos. Se esta solicitando esto bajo el supuesto de poder llevar mejor una farmacovigilancia con los biosimilares. Desde luego que lo que parece es el trasfondo real de esta iniciativa de cambiar la nomenclatura de los medicamentos y que hasta ahora esta gestionado por la OMS (WHO) a través del sistema llamado International Nonpropietary Names. La razón es el precio de los tratamientos con biosimilares. Si cada biosimilar tiene un nombre distinto hace prácticamente imposible que el medico pueda optar a sustituir un medicamento por otro y eso en tratamientos de mas de 15.000€ de costo al año, significa mucho dinero.
Estas presiones de la industria farmacéutica de evitar el uso de los mismos nombres para productos biosimilares, de tener éxito, crearían dificultades y dudas a los profesionales médicos, farmacéuticos y a los pacientes a quienes están destinados los medicamentos. Y por tanto perdida de la adherencia.
Es entendible que las empresas farmacéuticas para que sigan investigando sean rentables, necesitan flujo de caja para pagar las investigaciones.pero ¿a cualquier precio?, ¿Es lógico que tratamientos como por ejemplo, uno recientemente aprobado por la FDA para la fibrosis quística (Orkambi) cueste al año unos 205.000 €?. No lo es, así como tampoco se sigan buscando trabas para blindar aun mas la aparición de Genéricos Biosimilares. Se espera que los biosimilares produzcan una reducción del gasto sanitario de unos 39.000 millones de Euros.
Por otra parte cada vez es mas difícil encontrar un nombre para un medicamento que suene "bien" en casi todos los mercados y que no tengan que ser cambiados. Como muestra les dejo este vinculo a un articulo de la CNBC.
Los profesionales de salud y los entes regulatorios deben ser cada vez mejores comunicadores, potenciar el emponderamiento de los pacientes, facilitar vías y herramientas que permitan cumplir con los tratamientos de forma que se haga un uso responsable de los mismos.