Scarano fue detenido el viernes.
El director y subdirector del Instituto para las Obras de Religión, conocido como el Banco Vaticano, renunciaron el lunes, según un comunicado del Vaticano, luego de la detención de un clérigo con estrechas relaciones con el banco, acusado de conspirar para contrabandear 26 millones de dólares a Italia procedentes de Suiza.
El Vaticano dijo el lunes que Paolo Cipriani y su segundo, Massimo Tulli, se ofrecieron a dimitir “por el bien del Instituto (como se conoce al banco) y de la Santa Sede”.
Paolo Cipriani y Massimo Tulli presentaron su dimisión tres días después de la detención de monseñor Nunzio Scarano, un contador del Vaticano que es investigado por los magistrados italianos.
Cipriani, junto con el entonces presidente del banco, fueron puestos bajo investigación por la fiscalía de Roma en 2010 por presuntas violaciones de las normas contra el blanqueo de capitales de Italia después de que la policía financiera incautara US$30 millones desde una cuenta del Vaticano en un banco de Roma.
Pero el banco, conocido como Instituto para las Obras Religiosas, ha permanecido bajo la mirada de los fiscales y ahora también del papa Francisco en medio de nuevas preocupaciones de que se haya utilizado como un paraíso fiscal.