Revista Opinión

¡Renuncié a mi trabajo tóxico!

Publicado el 29 octubre 2019 por Carlosgu82

Hoy intento compartir algo con lo creo que muchos se van a identificar: tratar de sobrevivir en un trabajo tóxico.

Hace dos semanas, un lunes para ser exactos, desperté con la idea de no ir a trabajar, de renunciar si era posible, y aclaro, no me gusta ser impulsiva en aspectos laborales, pero de verdad ese trabajo me estaba matando, era un dolor de cuerpo completo, frustración de tener que lidiar con un ambiente opresor y un sistema retrógrada, ¿a cuántos no les ha tocado estar en un lugar así? a mi era la primera vez, y gracias a la experiencia de otros trabajos pude darme cuenta que no era correcto y no tenía por que tolerar ese trato. Pero por otra parte, ¡el dinero! solo estaba ahí por la comodidad del dinero, no estaba lista para salir de mi zona de confort y buscar otra cosa o empezar mis proyectos, porque talentos tengo (y todos tienen) pero miedo a empezar algo también.
Regresando a ese lunes, estando en mi carro a 5 minutos de tener que entrar a mi jornada laboral, me puse a repasar varias situaciones que había pasado durante meses, y de repente lo sentí y dije «hoy es el día», me baje del carro, salude a mis compañeros, fui a despedirme de algunas personas que si aportaron cosas positivas a mi vida y fui a decir las mágicas palabras «Buenos días, vengo a renunciar», automáticamente el cuerpo se desprendió de una carga enorme y me sentí aliviada, nadie se lo esperaba, ni yo, lo demás ya no importó mucho pero salí de ese lugar siendo otra, alguien que se quitó el miedo de tomar una decisión importante poniendo en prioridad su salud mental.

El cuerpo habla por si solo cuando algo le está haciendo mal, cuando tienes la necesidad de cerrar ciclos y reinventarte, ser un todologo.

Y tampoco está mal aguantar, siempre y cuando tus prioridades te exijan quedarte y tu estés mentalizado en que todo ese esfuerzo es para llegar a un fin que te dejará tan satisfecho que el aguantar no logrará dañarte. Así que cualquiera de las dos opciones está bien, lo que no está bien es no querer escuchar a tu cuerpo y dejar que tu mente explote, eso es una irresponsabilidad hacia ti mismo. Si no disfrutas todo lo que haces, no estás viviendo.


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