Revista Opinión

Renzi: un democristiano infiltrado en la socialdemocracia europea

Publicado el 08 abril 2015 por Polikracia @polikracia

Aunque a muchos les sorprenda, Renzi es democristiano. Dicho esto, sorprende que su partido esté incluido en el Partido de los Socialistas Europeos, pero para entender este hecho, hace falta comprender la historia de la democracia-cristiana en Italia, del PD y de su líder, Matteo Renzi.

Renzi es hijo de una familia católica, él mismo lo es y estuvo en los scouts católicos. Su padre fue miembro del partido Democracia Cristiana (DC), fundado por De Gasperi en 1942 y disuelto en 1994. Renzi siguió los pasos de su padre y se afilió al Partido Popular Italiano (PPI), una de las escisiones de la DC, en 1996 apoyando a Prodi, que era el candidato de la coalición electoral El Olivo, en la que estaba incluida su partido. Este partido era de orientación democristiana-progresista.

Para explicar este suceso hay que remontarse a finales de la Segunda Guerra Mundial, la Iglesia decide volcarse en la creación del partido DC, aportando el apoyo económico y cuadros necesarios. El partido recibió además el apoyo de los Aliados y de las grandes empresas. Liderados por De Gasperi logró ser un partido interclasista que reunía a todos los católicos, siendo el partido hegemónico se afianzó en el poder del Estado. Lo cual provocó una división interna entre aquellos más conservadores que querían mantenerse en el poder a toda costa, sin importar los principios, y aquellos más moderados que querían modernizar al partido y a Italia, estos últimos liderados por Aldo Moro.

Además hay que tener en cuenta que el principal partido de la oposición era el Partido Comunista, el PCI, lo cual provocaba un amplio rechazo entre muchos votantes, cuya opción entonces era la DC. De esta forma la DC lograba reunir a los católicos, ya sean de izquierdas o de derechas, y a muchos moderados que renegaba del comunismo. Este factor creo que es uno de los más destacados para explicar porque la Dc logró ser el partido hegemónico durante la segunda mitad del siglo XX.

En 1974 se votó el referéndum para decidir si abolir o no la ley que permitía el divorcio, los democristianos perdieron y este suceso junto a la muerte del secuestrado Aldo Moro en 1978, supusieron un punto de inflexión.

La DC estaba perdiendo sus tres principales argumentos para mantenerse como el partido hegemónico en el poder. Estaban perdiendo el monopolio de la representación católica, lo cual se evidenció en el referéndum. Perdían la representación del centro moderado ante la aparición de nuevos partidos y sobre todo el mensaje movilizador del anticomunismo ya no surgía efecto ante las vías de socialdemocratización del PCI.

Por estos motivos, antes de las elecciones de 1994 la DC se disolvió. Se creó una escisión más moderada, el PPI, y otra más conservadora que se unió a Berlusconi, lo que provocó que por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial hubo un ganador diferente en las elecciones.

Es decir, que la corriente moderada democristiana, no defiende la unidad de los católicos, ni el mantenerse en el poder sin importar los principios. Esta corriente tiene una importante dimensión social, lo que la posibilita de ingresar en la coalición de El Olivo y como se observará más adelante, de estar incluida en el Partido Democrático.

La política italiana está llena de coaliciones electorales, precisamente en 1996 el PPI estaba integrado en una coalición electoral de centro-izquierda explicada anteriormente, El Olivo. Unos años más adelante, el PPI se vio superado por su competencia Los Demócratas, por ello en 2002 decidieron fusionarse junto con su rival, lo que dió lugar a un nuevo partido: Democracia es Libertad- La Margarita. Precisamente a través de este partido, en 2004 Renzi logró su primer cargo público, la presidencia de la provincia de Florencia.

Sin embargo, la política italiana está en constante movimiento. En 1996 la coalición electoral de centro-izquierda El Olivo ganó las elecciones y Prodi fue nombrado primer ministro. Aunque en las siguientes elecciones venció la coalición de derechas de Berlusconi, en 2006 volvió a presentarse la coalición electoral de El Olivo que volvió a ganar las elecciones de nuevo con Prodi como candidato.

Renzi estaba alejado de tanta coalición y desde 2004 seguía presidiendo su provincia, pero en 2007 su partido Democracia es Libertad- La Margarita decidió unirse junto con el partido Demócratas de Izquierdas, una escisión de otra escisión más moderada del antiguo Partido Comunista Italiano, y otras formaciones menores, para crear el Partido Democrático. Donde se aglutinan desde socialdemócratas hasta liberales y democristianos.

Por lo tanto, en 2009, una vez creado el Partido Democrático, Renzi va ganando popularidad y se presentó a las primarias para ser candidato a la alcaldía de Florencia, venció las primarias y ganó las elecciones adquiriendo una mayor popularidad, ya que Florencia es la octava ciudad más poblada de Italia. Renzi basó su gestión en la conservación cultural y la sostenibilidad ecológica, logrando situarse entre los 25 mejores alcaldes del mundo.

Unos meses después de ser elegido alcalde de Florencia, se celebraron las primarias para elegir secretario general del PD. Renzi no se presentó, pero sí lo hizo Bersani, del ala izquierda del partido, imponiéndose frente a los demás candidatos. Sin embargo, desde que Renzi accedió a la alcaldía, no dejó de tejer una red de contactos e influencias en la política italiana, incluso realizando campañas para “desguazar” , como él mismo lo denominaba, la vieja política. Además desde 2011, tras la dimisión de Berlusconi, Monti fue el encargado de formar un gobierno de unidad hasta las próximas elecciones.

En 2012 se volvieron a celebrar las primarias en la coalición de centro-izquierda, pero esta vez para elegir al candidato a primer ministro del gobierno. Renzi sí se presentó, pero perdió frente a Bersani. Finalmente en febrero de 2013 se celebraron las elecciones generales, en las cuales ganó la coalición de centro-izquierda, Italia. Bien común. en la cual estaba integrado el PD. Pese a ganar las elecciones, Bersani no fue capaz de formar gobierno, porque aún teniendo la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, no la tenía en el Senado.

Por lo tanto Bersani, ni logró formar gobierno, ni logró imponer a su candidato a la presidencia, ya que el mandato de Napolitano se agotaba en mayo. Bersani renunció y Renzi se mantenía con su popularidad por las nubes, pese a enfrentarse indirectamente a Bersani ante su imposibilidad de formar gobierno y de colocar a su candidato a la presidencia, teniendo en cuenta que algunos de los propios diputados del PD se rebelaron.

Pese a los conflictos internos en el PD, era necesario que Italia tuviera un gobierno, por ello Napolitano le encargó esta tarea a Enrico Letta, vicesecretario del PD, el cual formó un gobierno de coalición junto con los demás partidos, excepto el Movimiento 5 estrellas de Beppe Grillo.

Renzi se entendía con Letta, pero con un ojo puesto en las primarias que se celebrarían a finales del año 2013. Letta tenía un recorrido político parecido al de Renzi, también provenía de la democracia cristiana. Sin embargo, las primeras rencillas con Renzi llegaron cuando Letta se negaba a cesar a su número dos, Alfano proveniente del partido de Berlusconi, el cual estaba siendo investigado por la justicia. El gobierno de Letta se tambaleó varias veces, pero logró aguantar hasta las primarias de diciembre, en las que resultó elegido Renzi con su popularidad por las nubes.

Una vez alcanzada la secretaria general, Renzi quería ser el primer ministro del gobierno. Aunque afirmaba que este objetivo sólo lo quería alcanzar por medio de las urnas, él no dejaba de reunirse con Berlusconi, para supuestamente negociar la futura reforma electoral. Además en febrero de 2014, el PD se reunió para valorar la gestión gubernamental de Letta, él cual salió bastante mal parado. La decisión final fue que era necesario un cambio de gobierno, por lo tanto Letta renunció y Napolitano encargó a Renzi la tarea de formar gobierno.

Renzi logró formar gobierno con el apoyo del partido de Monti, Elección Cívica, la Unión de Centro y el Nuevo Centro-Derecha, precisamente el partido de Alfano, una escisión del partido de Berlusconi.

De esta forma Renzi alcanzó el gobierno, con un discurso claro: acabar con la vieja política, tanto la de izquierdas como la de derecha, el objetivo de Renzi es modernizar Italia. Pero antes de explicar sus políticas y la relación de dichas políticas con la democracia cristiana.  Explicaré la visión de Renzi para su partido.

Me atrevería afirmar que Renzi querrá presentarse en las próximas elecciones que se celebren en Italia, que en teoría deberían ser en 2018, aunque presiento que serán antes. Para las próximas elecciones Renzi quiere convertir al PD en el Partido de la Nación con el cual obtener mayorías absolutas. Para ello está tratando de pactar y sacar adelante una reforma electoral con la cual el partido ganador que supere un porcentaje, recibirá un bonus de diputados para facilitar la mayoría y la formación de un gobierno sin el chantaje de los partidos pequeños.

Para entender esta táctica, hay que entender el caracterizado centrismo de la democracia cristiana, precisamente hasta antes del colapso del sistema de partidos en Italia, el partido hegemónico era la DC. Renzi ahora quiere que el PD sea el partido hegemónico.

Durante el pasado siglo la democracia cristiana, sobre todo en Italia y en Alemania, trató de ser lo más equidistante posible. Trató de ser, no solo el partido del centro, sino el también el partido central. Situándose por encima de la diferenciación entre izquierda y derecha, rechazando ser incluída en la derecha clásica. Quiso mostrarse como alternativa al socialismo, al liberalismo y al conservadurismo, pese a tener ciertos puntos en común con ellos. Con el socialismo la defensa de unos derechos colectivos, pero el colectivo debe estar al servicio de todos. Con el liberalismo la defensa del individuo, pero sin olvidar todas las dimensiones de cada ser humano. Y con el conservadurismo la defensa del peso de las tradiciones en la sociedad.

Al tener estos rasgos en común, fue capaz de aglutinar grandes mayorías en Italia y situarse por encima de las demás ideologías, en términos electorales. De esa forma, sin renegar del componente católico, logró gobernar durante muchos años. Por ello Renzi quiere aglutinar en el PD diferentes corrientes ideológicas, para de esta forma alcanzar el gobierno por mayoría. Convirtiendo al PD en un partido interclasista, un partido atrapalotodo.

Esta característica es muy típica de Renzi, es más, él mismo intenta no situarse en el eje izquierda y derecha. Crítica tanto a unos como a otros, él quiere situarse por encima. Esto se evidencia por ejemplo con la reforma laboral, con la cual se ha enfrentado a los sindicatos y al sector más de izquierdas de su partido, al tratar de suprimir el artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, algo que ni el propio Berlusconi logró.

Otra decisión que le sitúa dentro de la corriente democristiana de su partido, es la decisión de proponer a Mattarella, un ex ministro del gobierno democristiano de Andreotti, como presidente de la República. Aunque curiosamente para ello tuvo el apoyo del ala izquierda de su partido y el rechazo de Berlusconi, precisamente porque Mattarella dimitió como ministro al rechazar una ley que crearía el imperio mediático del propio Berlusconi.

Por último, para conocer la influencia democristiana en Renzi, hay que analizar al político que le motivó a participar en la política, Romano Prodi. Él cual fue ministro, diputado, dos veces primer ministro y presidente de la Comisión Europea. Precisamente por ésta vocación europea, ya que Prodi en su primer gobierno logró la entrada de Italia en el euro, Renzi apoyó y tiene a Prodi como a un referente. De hecho, Prodi, durante su mandato en la Comisión Europea, trató de impulsar una Constitución europea, aunque finalmente no salió adelante. Sin embargo sí logró impulsar el euro en varios países e incluir a nuevos miembros en la Unión Europea.

Como una vez dijo Renzi en una entrevista al EL PAÍS: <<yo propongo construir los Estados Unidos de Europa.>> Ambos políticos tienen una visión federal de Europa, al igual que los padres fundadores de la Unión Europea, los cuales eran democristianos. Aunque la diferencia entre aquellos democristianos y Renzi y Prodi, es que éstos últimos provienen del centroizquierda. Esto se evidencia claramente al estar el PD en el Partido de los Socialistas Europeos, además para Renzi sus aliados en Europa son políticos como Pedro Sánchez o Manuel Valls. No me sorprendería que Renzi en un futuro más lejano aspirara a presidir la Comisión Europea, si todavía existe.

En definitiva, todo esto explica, porque Renzi y su partido, el PD, están incluidos en la familia socialdemócrata europea. Renzi es católico, pero no seguirá los dictámenes de la Iglesia Católica. Renzi quiere el poder y sabe como obtenerlo, a través de un gran partido que aglutine a la mayoría de italianos. Respecto a su política no se le puede etiquetar en la escala izquierda-derecha, él mismo intenta superar ese eje, pero sin renunciar a una izquierda moderada. Se le podrán atribuir ciertas decisiones económicas más liberales, como la supresión del artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, pero también otras decisiones más socialdemócratas, como su gestión cultural y ecológica durante su alcaldía en Florencia.

Sus referentes son Obama, Prodi y Blair, este último debido a cómo logró distanciar a su partido de los sindicatos, al igual que está tratando de hacer Renzi ahora. Respecto a Europa, conocemos su visión hacia una mayor integración, lo cual concuerda con la visión de la familia socialdemócrata.

Para entender el funcionamiento de la política italiana, no debemos compararla con la de otro país.  La política en Italia tiene sus propias reglas, con un fuerte componente maquiavélico y con un fuerte personalismo. A lo Renzi.


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