Hoy inauguramos una nueva sección en nuestro blog dedicada a los mejores arquitectos del mundo, según la opinión del director de A-cero, Joaquín Torres, y su socio, Rafael Llamazares. Semana tras semana iremos comentando la trayectoria y obras de grandes profesionales de la arquitectura procedentes de cualquier país y época. Un nuevo apartado para adentrarnos con vosotros en este apasionante oficio de la arquitectura.
De la mano del reconocido arquitecto italiano Renzo Piano (Génova, 1934) comenzamos esta nueva sección que esperamos que os guste.
Renzo Piano, premio Pritzker en el año 1998, se ha convertido, sin lugar a dudas, en una de las grandes figuras de la arquitectura internacional de la segunda mitad del siglo XX y en referente de la arquitectura museística actual.
Una de las últimas obras de este gran profesional es la Ampliación del Art Institute de la ciudad de Chicago (EEUU), inaugurada el pasado mes de mayo de 2009. En este reciente proyecto se puede percibir una vez más las dotes de maestría de este gran arquitecto “sin estilo” como al propio Renzo Piano le gusta definirse.
Se trata de un profesional no obsesionado la originalidad, sino por crear una arquitectura basada en el análisis del programa, del entorno inmediato y de las tradiciones locales. Un arquitecto que trata siempre de conciliar los materiales y tecnologías existentes en cada momento y lugar. Asimismo, es un profesional con un compromiso medioambiental cada vez mayor orientado hacia la generación de artefactos sostenibles.
Hay quienes afirman (en su mayoría arquitectos italianos que podríamos considerar celosos del éxito de su compatriota) que Piano no es más que un constructor y un tecno fetichista. Pero, en nuestra opinión, este arquitecto manifiesta a través de su trabajo una sensibilidad absoluta por los materiales y tecnologías. Es, a nuestro juicio, un hombre ajeno a la obsesión casi enfermiza de los arquitectos “high tech” que utilizan casi ciegamente las últimas tecnologías disponibles. Basta observar los proyectos de Piano para comprobar que su interés se centra en encontrar nuevas posibilidades a los materiales tradicionales para combinarlos con los más modernos en un mismo proyecto.
Muestra de ello es la iglesia de peregrinación Padre Pío construida en la sísmica zona de la Puglia italiana y en la que consigue construir las mayores luces nunca alcanzadas con arcos de piedra.
Otro ejemplo del uso de materiales tradicionales con un lenguaje moderno es el Parco Della Música de Roma donde materiales tan absolutamente tradicionales como el mármol travertino, el ladrillo o el plomo son usados en esta obra, en la que Piano también demuestra su gran dominio de implantación en un entorno urbano con tanta trayectoria como es la ciudad eterna.
Como dice Piano, “Para mi la tecnología es como un autobús, sólo me subo si va en la dirección que deseo.”
Asimismo, el cuidado detalle por la tecnología y el diseño de detalles constructivos especiales de gran refinamiento son aspectos siempre presentes en los proyectos de este gran arquitecto. Ejemplo de ello es el Museo de la Colección Menil de Houston, en la que la iluminación de las salas se realiza a través de una cubierta de gran complejidad técnica. De esta obra derivan otros trabajos posteriores como la Fundación Beyeler o el Centro de Esculturas Nasher. Sencillez formal, ligereza, transparencia y adaptación a programas funcionales complejos son las cualidades que mejor definen la totalidad de las obras de Piano.