Revista Opinión

Repasamos el problema de la deuda

Publicado el 06 noviembre 2010 por Manuhermon @manuhermon
Reducir el tema de la deuda a la discusión entre fomentar el gasto público que permita salidas de la crisis socialdemócratas o restringirlo que lleva a salidas liberales, me parece una clásica discusión dicotómica española, poco productiva.
Pues claro que hay que discutir sobre la deuda, sobre el déficit, y sobre cómo reducirlo, porque no es igual hacerlo en 3 años que en 9, porque en un caso implica recortes traumáticos por todas partes y por tanto paralizar la economía, atascarla, y como consecuencia prolongar la angustia del paro y ello implica mantener la recesión porque la demanda no crecerá y como consecuencia aparcar soluciones para mas adelante que serán difíciles de lograr porque no hay forma de invertir nunca para ese futuro, porque al no arrancar la economía no hay medios.
Nuestra imposibilidad de devaluar la moneda para ajustarnos nos hace depender para lo bueno y para lo malo del euro y de las decisiones políticas europeas hoy claramente volcadas en la alternativa alemana, de rigidez en la reducción del déficit rápidamente, dicen que para evitar ataques a la moneda común y añado, porque no perjudica en exceso a Alemania, que mantiene a pleno rendimiento su capacidad exportadora, ( a China y otros emergentes ya no solo exporta máquina herramienta, también artículos de lujo, coches de alta gama, por ejemplo) aunque empieza a hacerla daño un euro tan fuerte.
Entre otras razones de la discusión, el calificativo izquierda o derecha no dependerá casi nunca de un problema de voluntarismo sino de fuerza, de capacidad para intervenir en la realidad y dominarla. Que los mercados sean malísimos, me debería tener al fresco, si yo fuera un Gobierno que necesito pedirlos dinero prestado al menor coste posible y rápidamente, porque no se trata de resolver un problema ético.
Previamente a ello deberé tomar una decisión política, seguir o no dentro del euro, fomentar, articular y promover todo aquello que mantenga dentro de la moneda única este país, o por el contrario decidir, aceptar la posibilidad de formar una segunda línea de países con un ‘euro2’. Si acepto continuar dentro de la situación actual, deberé hacer todo lo posible por aceptar las obligaciones que me impone dicha situación y conseguir dinero prestado es el problema decisivo hoy. Y de poco me vale saber que existe mucho dinero en el mundo en manos de los poderosos, etc. solo me sirve que me lo presten y los que lo tienen, imponen sus reglas.
Los trabajos estaban contemplando la posibilidad de crear una moneda más fuerte, el euro superfuerte, para los países del norte, los alemanes y sus vínculos y franceses y centroeuropeos, los que inicialmente cuando se presentó el euro esperaban ser los únicos elegidos. Al crear una moneda fuerte, el resto, los periféricos (PIGS) y otros que no llegaran, quedarían con el actual euro. Estudios ‘haylos’, de todo tipo, incluso los que contemplan reeditar el marco, de hecho hay cotizaciones o apuestas de ‘mentirijillas’. Lo que parecía claro en todos ellos, era que a Grecia, o Irlanda o Portugal se los podría salvar, por su pequeño tamaño en relación al resto de la eurozona, pero a España, mucho mayor en peso e importancia absoluta, era dificilísimo.
Sobre el tema deuda y déficit he escrito en otras ocasiones. Hoy recuerdo que la deuda española, la privada cuantiosísima y la pública dentro de los niveles aceptables del resto de países, la suma de ambas, es una de las mayores del mundo, con graves problemas de refinanciación, que implican tanto encontrar dinero como el precio a pagar. Ocurre que la pública con ser muy inferior a la privada en su cuantía, causa temor en los mercados, en los prestamistas, por su mayor velocidad de crecimiento, y porque en repetidas ocasiones ha demostrado mundialmente tener que salir en ayuda de lo privado, en este caso de la banca, si tuviera necesidad de aplicar avales y compromisos. Por ello los inversores miran la suma, la deuda del Reino de España.
Lo conocido por la gente es la travesía de la pública, pero la necesidad de refinanciación privada queda casi oculta para la ciudadanía y sigue siendo un gravísimo problema que necesitará mucho tiempo para resolverlo, por descontado cantidad y precio se ven influidos por la pública. Lo cual implica menos préstamos para las empresas, menos deudas pagadas, menos posibilidades de inversión, cierres, ralentización de producción, imposibilidad de crear nuevos proyectos…
En otras ocasiones ya he citado las posibilidades de quiebra, de ‘default’ que ha tenido el Reino de España (las jornadas de mayo, que obligaron al cambio de rumbo urgentemente) y del que parecemos minusvalorar su importancia tanto la ciudadanía como los partidos políticos y sindicatos, tal como si nada hubiera ocurrido o fuera a suceder. Incluso se leen montones de comentarios en la red sobre el asunto con el grito de ‘pues dejamos de pagar y listo’ ‘que se pudran los bancos’
Dejar de pagar la deuda a cada vencimiento puede ocurrir, por no encontrar recursos para poder refinanciarla, (ante cada vencimiento hay que pagar con otra colocación de deuda en cuantía similar). Y no encontrar recursos, sucede cuando no podemos colocar la deuda en los mercados, si nadie quiere comprar deuda española se nos acabó la posibilidad de pagar. Y hay muchos que ya tienen los cajones llenos de ella y no quieren más.
Ah!, dejamos de pagar y qué. Pues para resumirlo mucho, se acabaron los créditos externos a un país que vive de ellos, de repente se colapsaría toda la economía nacional, empresas, particulares y Estado, (Central, Autonomías y Ayuntamientos), dejarían de pagar, salarios, servicios, proveedores, es probable que muchos bancos colapsaran y no pudieran entregar dinero en ventanillas, etc. etc.
Por descontado la convulsión social sería de campeonato, recordaría Argentina de hace pocos años, para situarnos. Al final se determinarían las ayudas internacionales (los nuevos créditos) y los costes y condiciones de las mismas y la economía española quedaría sometida a estrictos controles (superiores a los actuales) de organismos internacionales, que encarecerían nuestra necesidad de recursos y obligarían a reformas brutales. El futuro quedaría bastante más hipotecado que está el presente. Vamos que la cosa puede empeorar y mucho.
No hay varita mágica, no hay Reyes Magos, cambiar uno y poner otro no resuelve los problemas. No es cuestión de voluntarismo, de deseos, sino de capacidad de fuerza.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas