Revista Opinión
Se acumulan los acontecimientos y uno se atasca con tantas primeras noticias, y de tal importancia, sobre todo con las vacaciones de por medio. En algún momento habrá que hablar de la insólita dimisión del Papa, y del nuevo, que, por si no lo habían escuchado ustedes, es muy sencillo, -repetido hasta la saciedad en todas partes, cual consigna leninista- . Sencillito, pero eso sí, al frente de una de las instituciones con mayor acumulación de riquezas del mundo. Creencias, religión, iglesia, son elementos para reflexionar siempre y ahora sería buen momento para hacerlo. Otra noticia, la muerte anunciada de Chávez, paralela en el tiempo, y en la importancia de las pompas religiosas que acompañaron. Dada la querencia de algunos sectores por la ‘revolución venezolana, bolivariana’ en cuanto modelo, merecería la pena dedicarle un tiempo. Por curiosidad, para ver y contrastar la sociedad venezolana y compararla con la española. Otra noticia que saltó a titulares generando grandes expectativas, y luego se apagó un poco, fue la reunión de los grandes dirigentes de los BRICS, Brasil, Rusia, India, China y ahora Sudáfrica. Se reunieron en África, -continente en vías de colonización por China-, cuyos dirigentes recién terminados de institucionalizar los cambios políticos en la cúspide del poder han emprendido una gira de política exterior con evidentes signos de dar otro golpe en la mesa del poder mundial. Trascendió que su intención era crear un nuevo grupo de contrapoder global, entre los emergentes, con la creación de un nuevo banco Mundial y su particular Fondo Monetario Internacional. A los pocos días se hablaba del fracaso de lograr este objetivo, -de crear las instituciones-, lo cual no elimina los esfuerzos y la intencionalidad de generar nuevas estructuras de poder mundial. Este será uno de los temas que nos acompañará de forma permanente esta década, la nueva configuración del mundo y de sus poderes globales. Dejo al margen el paquete de noticias habituales, que rebasan el período vacacional, como son: la continuidad y dureza de la crisis en España que se vislumbra para otro lustro, como poco, y por tanto la gran mentira de los brotes verdes; la crisis política, institucional, corrupción, la regresión social comenzada, la nueva ola difamatoria del PP contra los movimientos sociales; las elecciones italianas y su ingobernabilidad, con nuevas rebrotes de los populismos y querencias de fascismos; la continuidad de la difícil salida a la cuestión nacional en España, Cataluña y Euskadi; la parálisis de alternativas socialistas y del resto de fuerzas políticas; los peligros de guerra, en Asia, por ahora; la guerra de divisas que no existe, pero que ha vuelto a fortalecer el euro, respecto a China, Japón y EEUU, lo cual evidentemente nos perjudica a nosotros al dificultar las exportaciones… Y luego está la noticia del rescate a Chipre. Notición por lo que representa, o puede representar como modelo de futuros rescates en los que podríamos ser destinatarios preferentes, en relación por ejemplo a las quitas a los depósitos bancarios. El problemón se abre a varios frentes, entre otros al democrático o de representación de cada país en Europa y sus instituciones, porque verán ustedes, las decisiones que se toman son por unanimidad, esto quiere decir que, todos los ministros de finanzas, entre los cuales estaba el Sr. Guindos, ¿en representación de España?, aprobaron la decisión de realizar quitas a los depósitos menores de 100.000 €, a pesar de normas y acuerdos anteriores. Se pueden imaginar cómo temblaron los mercados, ¡a escape de entornos europeos, porque hay posibilidad de quitas! Donde dije digo, digo Diego; pero ningún inversor pudo fiarse de las normas europeas que aseguraban lo que fuere en el pasado, si de repente los ministros de finanzas se reunían y acordaba por unanimidad saltarse a la torera leyes anteriores. El problema es muy serio, ya que al margen de que Chipre sea extremadamente pequeño, todo el mundo interpretó que se trataba de hacer una prueba de prácticas futuras. El problema es muy serio, porque aleja cada día más, las instituciones europeas, Parlamento, Comisión… de la toma de decisiones, y con mayor seriedad y profundidad porque aleja a los ciudadanos de las instituciones europeas, y no digamos ya, de los individuos que toman las decisiones. Vuelve a primer plano la batalla del euro, que parecía estar dormida, nuevamente aparece visible la posibilidad del rompimiento de la Eurozona y la UE.