Se está convirtiendo ya en costumbre el espectacular nivel de la edición de clásicos y reediciones de obras de gran calidad. Vaya por delante, sin duda, la labor que está haciendo la Editorial Dolmen con su línea de clásicos de tiras de prensa, que bajo la dirección de Rafa Marín y con Jesús Yugo en la dirección artística está consiguiendo una edición casi canónica de obras maestras del noveno arte como el Flash Gordon de Alex Raymond o el Prince Valiant de Harold Foster, a los que este año se han sumado la fundamental Johnny Hazard de Frank Robbins o referentes del comic-strip como Phantom, Mandrake y Agente Secreto X-9. Una auténtica gozada a la que la editorial suma la recuperación de uno de los mejores tebeos de nuestro país: el imaginativo y maravilloso Pumby, de José Sanchis, con el asesoramiento de Antonio Busquets. Una moda de reediciones de clásicos a la que Planeta se ha unido con la edición del primer volumen de Rip Kirby, de Alex Raymond. Una excelente noticia que debe consolidarse, para entender la importancia que ha tenido la tira de prensa americana clásica en la definición y evolución del lenguaje del cómic. Clásicos indiscutibles que, como se está haciendo en estos casos, deben editarse con la necesaria contextualización de unas obras que en algunos casos cargan ya sobre sus espaldas con más de 7 décadas, ayudando y guiando al lector en la comprensión de la importancia de unas obras que no pueden ser leídas sin tener en cuenta su momento de creación y la influencia posterior que crearon.
Dentro de esta línea de recuperación de clásicos, hay que hacer especial mención a la labor continuada que está haciendo la editorial Panini reivindicando desde diferentes líneas los clásicos del comic-book de superhéroes de la editorial Marvel. Ediciones de clásicos como La saga de Fénix Oscura, de Claremont y Byrne, la colección dedicada a Jim Starlin con algunas de sus obras más recordadas, como La saga de Thanos o El Guantelete del Infinito; el Dr. Extraño de Gene Colan; los Nuevos Mutantes de Claremont y McLeod; el Capitán Britania de Moore, Delano y Davis o las famosas novelas gráficas de La muerte del capitán Marvel, de Jim Starlin; Dios ama, el hombre mata de Claremont y Anderson o Elektra Asesina de Miller y Sienkiewiccz son solo algunas de las muchas recuperaciones de clásicos del cómic de superhéroes, a las que hay que añadir colecciones míticas de la editorial como Werewolf by night o Sang-Chi. Junto a estas, hay que añadir la reedición de series tan destacables como Hulka de Dan Slott y Bobillo, La visión de Tom King y Gabriel Hernández Walta: el Iron Fist de Brubaker, Fraction y David Aja o el Marvels de Busiek y Ross. En esta línea de recuperación de clásicos del género hay que incluir también a la editorial ECC, que se apunta series como el Escuadrón Suicida de Ostrander, Wonder Woman de George Pérez; El cuarto mundo de Jack Kirby; Green Lantern/Green Arrow de O’Neill y Adams o Astro City de Busiek. La editorial sigue recuperando todos los clásicos de Vértigo, como el Sandman de Gaiman; Y, el último hombre, de Brian K Vaughan y Pia Guerra o La cosa del Pantano de Moore, a lo que hay que añadir la continua reedición en diferentes versiones de ya clásicos como el Dark Knigth de Miller, La broma asesina de Moore y Bolland, V de Vendetta o Watchmen. Junto a estas, reediciones en formato integral de series muy destacables de los últimos tiempos como El sheriff de Babilonia, de Tom King y Mitch Gerads o el Scalped de Jason Aaron.
Hay que añadir a la labor de estas dos editoriales la de Diábolo, que ha comenzado a editar la colección de clásicos del comic-book de género dirigida por Craig Yoe con el inclasificable (y genial) Frankenstein de Dick Briefer.
La recuperación de cómic europeo sigue con fuerza, con dos obras fundamentales a la cabeza: por un lado, la exquisita edición en integrales del Spirou de Franquin que está realizando Dibbuks y la de El teniente Blueberry de Norma. La editorial Ponent Mon ha seguido con su línea editorial de clásicos europeos con las colecciones de Barbarroja, Tanguy y Laverdure, Yoko Tsuno o Buddy Longway, a la que ha añadido otra recordada obra, el Simon del Río de Auclair. Y sigue apostando por el fumetti italiano con la poco conocida Siberia, de Attilio Michelluzzi.
La editorial ECC ha seguido publicando todo un referente del western, la excelente Ken Parker, de Berardi y Milazzo y una de las mejores obras del cómic europeo moderno, Mr. Jean, de Dupuy y Berfberian. Astiberri recuperó dos obras magistrales de Lapière y Pellejero: Un poco de humo azul y El vals del gulag, mientras que Fulgencio Pimentel se marcó una edición exquisita de Sócrates, de Sfar y Blain.
El manga también ha tenido sus clásicos, como la espectacular colección dedicada a Osamu Tezuka que ha editado Planeta, con la recuperación de la magistral Black Jack o el delirante Lupin III de Monkey Punch que ha editado Panini.
El cómic español no se ha quedado atrás: este año ha sido el de la decisiva y necesaria edición del Cuto de Jesús Blasco (ECC), todo un clásico de nuestro cómic, junto con la edición integral del Eloy, de Hernández Palacios (Ponent Mon). Además, se ha reivindicado a dos autores poco recordados, como Rafael Auraleón, del que la Asociación Cultural Tebeosfera ha editado la recopilación de historias cortas Caos; y a Leopoldo Sánchez, del que Ponent Mon ha publicado también una selección de historias cortas bajo el título Tú mismo. Por último, alabar el buen gusto de Reino de Cordelia al recopilar las historias cortas de Elisa Gálvez y federico del Barrio en Tiempo que dura esta claridad.
Y para acabar el repaso, hay que destacar especialmente la espectacular edición remasterizada de una obra maestra absoluta: El Eternauta de H. G. Oesterheld y Francisco Solano López (Norma).