Es muy probable que las actuales compañías líderes de la industria fotovoltaica no lo sean en un futuro, o mejor dicho esto es lo que ha sucedido durante los últimos años, donde casi ninguna compañía ha sido capaz de mantenerse en la cima durante un período prolongado de tiempo. A la vez, los que "caen" desde las posiciones de liderazgo, rara vez regresan a las posiciones dominantes.
Por ejemplo, hasta hace solo 5 años atrás, solo 1 de los 10 principales productores mundiales de células fotovoltaicas era una compañía china. Hoy en día, la situación es totalmente diferente. El año pasado 4 de los 5 primeros productores de células eran empresas chinas.
Lo que sucede es que para las compañías es muy difícil adaptar sus capacidades lo suficientemente rápido, en un sector que se caracteriza por su constante evolución y volatilidad. Estrategias de desarrollo pueden ser exitosas un año, y que dejar de serlo al año siguiente.
Se puede decir que este escenario de volatilidad es impulsado principalmente por los siguientes factores.
1.-Fuerte pero irregular crecimiento de la industria mundial de la energía solar. Desde el año 2000, el mercado fotovoltaico ha crecido a tasas anuales promedio cercanas al 50 %, pero de forma totalmente volátil. En este sentido, se han visto tasas superiores al 130 % durante un año y que "caen" a niveles del 20 % al año siguiente. España representa un claro ejemplo al respecto, con un crecimiento aproximado al 350 % en el 2008 y una más que fuerte caída al año siguiente mayor al 80 %. Esta inestabilidad dificulta enormemente la toma de decisiones, sobre por ejemplo niveles de producción o asignación del capital para el crecimiento futuro. Nuevos mercados pueden surgir un año y desaparecer en meses (República Checa en el 2010 es un claro ejemplo al respecto).
2.- Desequilibrios entre la oferta y la demanda. Los últimos años se han caracterizado por constantes ajustes entre la cantidad demandada (módulos e inversores principalmente) y la oferta existente en el mercado. Hoy en día, el mercado se encuentra tratando de reducir una sobrecapacidad récord de módulos fotovoltaicos, producto de una mayor oferta de los últimos trimestres. Otro ejemplo es el del polisilicio - necesario para la fabricación de los paneles -, donde el período 2005 a 2008, se caracterizó por la escasez de oferta, situación que en el año 2009 cambió radicalmente, y la caída de precios ha sido considerable (desde marzo de este año los precios se han reducido un 45 %).
3.- Incentivos gubernamentales. Los mecanismos existentes para estimular por parte de los distintos países una mayor inversión en el sector fotovoltaico, por ejemplo vía la implantación de un sistema de tarifas (FiT), son medidas que por lo general han tenido éxito en la mayoría de los casos, pero que actualmente "sufren" algún tipo de recortes, ya sea en los niveles tarifarios (Alemania e Italia durante el 2011) y hasta medidas de carácter retroactivas como es el caso de España a finales del año 2010 o recientemente con una moratoria hacia las energías renovables en general. Estos cambios normativos, muchas veces no esperados, dificultan la creación de mercados fotovoltaicos maduros e impiden realizar una correcta planificación sobre la demanda futura de un país.
Todo indica que en un futuro cercano será muy difícil para la industria fotovoltaica poder reducir los niveles de volatilidad actuales. Pero esto también representa una gran oportunidad para aquellas compañías que actúen de forma inteligente y desarrollen modelos de negocios flexibles y adaptables a las nuevas condiciones del mercado, y fundamentalmente a nuevos y específicos segmentos de la cadena de valor fotovoltaica, donde moverse primero no significa el éxito asegurado, lo que evitará así a reducir los riesgos de un posible exceso en los niveles de inversión y utilización del capital circulante de las empresas.
Si bien la competencia desde China va a dificultar aún más el desarrollo, para por ejemplo las compañías europeas, no significa que no existan nichos del mercado a cubrir (ejemplo: fabricación de módulos fotovoltaicos especialmente diseñados para su integración arquitectónica - BIPV), y la posibilidad de llevar a cabo nuevas alianzas comerciales con empresas de otros países.
Seguramente los próximos años serán de una mayor consolidación en el sector, donde las compañías que quieran tener éxito no tendrán más "solución" que adaptarse rápidamente a los cambios que se produzcan.
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