La primera en lucirlo fue la actriz Kate Beckinsale durante una de las fiestas post-Globos de Oro de 2013, en un color rosa palo y con complementos en dorado, que posa de manera espantosa en el photocall ya que no permite apreciar uno de los puntos fuertes del vestido, su corte.
Tras ella vino Manuela Velasco, actriz y sobrina de Concha Velasco, en los Premios Goya de ese mismo año luciendo el vestido de Frida Giannini en mostaza y con clutch gris.
Ambas decidieron ceder el protagonismo al vestido con sus melenas recogidas en moños: ladeado para la británica y bajo para la española.
En este caso ambas lo lucen con orgullo pero debemos valorar los complementos y el color elegido para el vestido. ¿Cuál prefieres?