Cuatro bajo cero en la terraza y no sé en la calle, pero tenía que salir. Ya iba teniendo ganita acumulada de días atrás y me ha dado igual la temperatura. El día ha sido no cloud. Cero nubes, cielo azulísimo y un sol incapaz de decir aquí estoy yo. Un sol incompetente a estas alturas del año que empieza a acabarse por momentos. Un sol que no marca la diferencia con las zonas umbrías no es un sol que se precie, amigo Lorenzo.
La semana pasada quise ir a Bolarque y no fui, pero esta vez lo he conseguido. He tenido que repetir curso. Bien forrado, bien protegido... salvo las manos. Mi amigo Darío ha comprado unos sotoguantes que -parece- cumplen su función, así que un día de estos iré a por algo parecido. Los guantes de cuero, de la misma marca HD, no son suficientes cuando la temperatura es tan baja como la de hoy. Me he defendido parando cada rato y circulando a poca velocidad.
El trazado inicial de la ruta era Chiloeches, Pioz, Pozo de Guadalajara, Loranca de Tajuña, Hontoba, Pastrana, Sayatón y Bolarque. La vuelta pasaba por Pastrana, Hueva, Renera, Aranzueque, Valdarachas, Yebes, Horche y, por fin, Guadalajara. Pero como ya viene siendo costumbre, nada ha salido como estaba planeado. El recorrido verdadero ha sido Chiloeches, Pozo, Pioz, Loranca, Fuentenovilla, Sayatón y Salto de Bolarque, siendo la vuelta por Pastrana, Fuentelencina, Tendilla, Horche y Guadalajara.
Para prevenir el agotamiento del iPhone me he llevado un powerbank que me regalaron. Me lo he metido en el bolsillo y, en una de las primeras paradas, he sacado el cable desde el bolsillo hasta el soporte del telefonifo. Esta batería ha hecho muy bien su función, me ha servido muy bien por lo que repetiré en próximas ocasiones.
Salto de Bolarque es un pueblo que se sitúa cerca de Sayatón y cerca de la Central nuclear de Zorita de los Canes (he visto la central -lo que queda de la central-) pero no he parado a fotografiarla. El pueblo se fundó en 1910 para dar vivienda a los trabajadores de aquella nueva central hidroeléctrica. Fue el Rey Alfonso XII quien hizo los honores aquel verano. La presa está más abajo que la de Buendía y pertenece al río Guadiela, y solo constituye un pequeño trozo del inmenso Mar de Castilla. Este lugar tiene una controvertida función: servir de inicio del trasvase Tajo-Segura. Se dice que el Rey se dio un paseo en barca por el embalse aquel día y que se estropeó el motor de la embarcación.
También dicen los anales que la primera central hidroeléctrica que abasteció a Madrid fue esta y que lleva más de cien años funcionando, contando con los dos impulsos posteriores que tuvieron sus instalaciones en 1954 y 1973, respectivamente. Un pueblo con electricidad, una capilla, una escuela, oficinas, talleres... y un museo son edificios que siguen en pie y que representan una bonita y curiosa muestra del eclecticismo de primeros del siglo XX.