Replace, crema hidratante

Desde alemania el director Norbert Keil más de una década después, llega con su segunda película, Replace, bajo el brazo. Una película quirúrgica que se han atrevido a comparar con Neon Demon de Nicolas Winding-Refn.
Y es que la película de Neil tiene algunos pasajes con una banda sonora electrónica, fotografía y luces de neón que, sin duda, artísticamente recuerda a la obra del cineasta Danés. Por suerte, aunque la película también trata sobre la belleza, lo hace desde un punto de vista muy distinto a Neon Demon.

Kira es bella, joven y feliz, hasta que un día descubre un pellejo seco en su mano. Pronto, se dará cuenta que es víctima de una extraña enfermedad que hace que su piel envejezca prematura y rápidamente, y termine cayendo. Cuando descubra que puede reemplazar su epidermis con la de otra persona, se aferrará a esta terrible solución.

Como se puede leer en la sinopsis de lo que trata realmente la película, es el miedo a envejecer. De alguna forma está relacionado con el mito vampírico, por tanto, parece muy apropiada para la 50ª edición del Festival de Sitges, donde el leitmotiv de este año era Drácula.
Mientras que El Conde necesita la sangre de sus víctimas para sobrevivir, Kira, interpretada elegantemente por Rebecca Forsythe, actriz que ha aparecido en la serie CSI y ha hecho papeles secundarios en algún largometrajes como The Bronx Bull, se pone por primera vez en la piel, valga la redundancia, del papel protagonista. Y no se puede negar que la actriz lo hace realmente bien. Replace es una película que puede llevar al espectador a ideas equívocas, más truculentas y gore, pero realmente todo es muy limpio y pulcro a nivel visual.

Entre el reparto cabe destacar la aparición de Barbara Crampton (Re-Animator) como la Dra. Crober, una segunda época como actriz que parece haber devuelto su potestad como 'musa' del género. Ya le hemos visto en Beyond The Gates o We are Still Here. En Replace hace un papel ideal para su forma de interpretar, aunque éste sea bastante secundario.

Tampoco es que el guión co-escrito por Richard Stanley (Hardware, programado para matar) sea de una originalidad extrema, pero creo que su pequeña sorpresa, está bien resguardada hasta el momento justo. Lo que empieza siendo una película que parece una infección de algún tipo, va más por otras sendas que distan de ese argumento ya tan manido, incluso fuera de las películas de zombies o parásitos.

Como punto negativo del film, tengo que destacar que los saltos temporales del montaje, sobre todo, al principio me confundieron durante un buen tramo de la película. Al salir de la sala, elaboré dos posibles teorías, comentando la jugada con conocidos, fue la primera 'opción' la correcta. Pero puede confundir, si no se está suficientemente atento. En fin, una película de género bastante visual y que cuida bastante la parte estética.