Además, de verdad
Pues sí. Esta vez sí que sí. Siempre que os digo que he tenido un fin de semana tranquilo, resulta que he acabado haciendo un montón de cosas, pero este fin de semana ha sido de reposo. Además, impuesto.
Llevo cerca de diez días con un esguince en el tobillo derecho. Al final, el viernes pasado empecé la recuperación funcional, ya que la pomada y el tratamiento oral prescritos no han servido de mucho. Aún así, me sigue doliendo, por lo tanto, lo único que he hecho este finde ha sido ir a una cena de chicas, en casa de mi buena amiga M, el viernes por la noche. Y ya está. Desde que entré en casa, después de la cena, no he salido en todo el fin de semana.
El sábado lo dediqué a quitarle las trenzas a Chocolatina Mayor, lavar, desenredarle el cabello, y hacerle bantu knots (el crecimiento de su cabello es espectacular). Aquí te dejo un montaje de lo que fue la sesión de peinado. Después de quitar las trenzas, le desenredé una primera vez el cabello, con una mezcla de aceite de coco y de argán; le tapé el cabello y lo tuvo media hora, a modo de pre-poo. Después de lavarle el cabello, le volví a desenredar con el cepillo Tangle Teezer -que nos va genial-, le puse la mezcla habitual de Salerm 21 con agua destilada, le hice cuatro particiones en el cabello y le hice los knots.
Y después se fueron a Sitges, a una macro timbalada en la que participaron más de 800 músicos de treinta grupos diferentes. La timbalada se organizaba con fines solidarios: recaudar fondos para la ONG Ocularis, compuesta por diferentes profesionales del mundo de la oftamología, la óptica y la enfermería, para fomentar el desarrollo oftalmológico en África. Yo me quedé en casa; por la noche, después de cenar y acostar a las peques, y dado lo soporífero del Valencia – Atlético de Madrid, vimos una película, y a dormir.
El domingo, más reposo; las peques aprovecharon el buen día que hizo y se fueron a la piscina. Yo me quedé aquí en casa, y aproveché para leer un rato y ver algunas películas. Y por eso me perdí a Chocolatina Menor yendo en la bici de dos ruedas de uno de sus primos. Me quedé alucinada cuando a la vuelta me lo explicaron: aún no tiene los tres años, y fue el pasado mes de enero cuando cogió la bike in progress que hasta entonces había llevado su hermana mayor. Pero por lo visto se emperró en que quería subirse en la bicicleta de uno de sus primos, al que le acaban de quitar los ruedines, y quería pedalear. Por lo visto lo que no sabe es empezar el pedaleo y parar; pero, si le dan impulso, mantiene el equilibrio y pedalea. Me quedé pasmada.
Éste ha sido mi fin de semana. No ha tenido nada del otro jueves. Pero la verdad es que el reposo impuesto, me ha venido bien.
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