Repostería Viena Capellanes. Antigua sucursal en Ruiz de Alarcón, c. 1920. (Foto: Archivo Viena Capellanes)
Hace algunos años, me comprometí con Ada Simón para elaborar en este blog una entrada sencilla sobre Viena Capellanes, empresa en la que Ada organizaba su archivo histórico. Recibí documentación y me dispuse a trabajar. Sin embargo, a lo largo de todo este periodo, otras obligaciones y la falta de tiempo han dilatado el propósito que, por fin cumplo.
Orígenes
En 1873, el industrial panadero Matías Lacasa Ferrer obtuvo el privilegio de invención otorgado por el Real Conservatorio de Artes (Oficina de Patentes) que le otorgaba la exclusiva de la fabricación del pan de Viena en Madrid durante diez años. La introducción de este tipo de pan, que Lacasa había conocido en la capital austriaca durante su visita a la Exposición Universal de ese año, suponía una novedad en España. Se trataba de un pan más fino que el candeal, de consumo habitual. Pronto se convertiría en un “pan de lujo” de gran aceptación entre las clases acomodadas.
Con la exclusiva, Matías Lacasa y su esposa, Juana Nessi, pusieron una tahona en el número 2 de la calle de la Misericordia, haciendo esquina con la de Capellanes, así llamada porque ahí estaba la residencia de los capellanes que asistían a la Casa Real y al Convento de las Descalzas (después Mariana Pineda y hoy Maestro Victoria). Hasta su demolición a principios del siglo XX, la casa que alojó a los capellanes y a la panadería, lindaba con el Real Hospital de la Misericordia.
La primera tahona estaba en la calle de la Misericordia nº 2, haciendo esquina con la de Capellanes.
Panaderos trabajando en la tahona, c. 1900. (Foto: Archivo Viena Capellanes)
Grupo de panaderos, c. 1900. (Foto: Archivo Viena Capellanes)
Época de los Baroja
Tras la muerte de Lacasa, su viuda Juana Nessi, sin hijos, cedió en herencia el negocio de panadería a su sobrina Carmen Nessi, madre de Ricardo, Pío y Carmen Baroja. Del negocio se hicieron cargo el pintor Ricardo Baroja y su hermano Pío, el escritor.
La herencia, sin embargo, no fue un regalo fácil ya que junto al negocio iban anejas deudas y conflictos laborales y administrativos a los que tuvieron que hacer frente los nuevos propietarios
Años antes, en vida de Juana Nessi, había entrado en la empresa el joven Manuel Lence, recadero de poca edad y genio despierto, que con los años fue aprendiendo del oficio y más aún del negocio en que trabajaba.
Era tan buena la disposición y el empeño del joven que, ya en la época de los Baroja, quedando vacante el puesto de encargado de panadería no dudaron en ofrecérselo. Y así se inició la fructífera andadura del aprendiz.
Documentos referidos a la panadería cuando Ricardo Baroja figuraba como propietario. Uno de ellos recoge el cambio de titularidad del negocio a nombre de Manuel Lence Fernández. Están fechados, respectivamente en 1898 y 1916. (Documentos: Archivo Viena Capellanes)
Coche de mulas para el reparto, c. 1910. (Foto: Archivo Viena Capellanes)
“Autogiro” de reparto aparcado delante de la antigua fachada de la tiendade Fuencarral 122. (Foto: Archivo Viena Capellanes)
Tarjeta publicitaria de Viena Capellanes que muestra el automovil de reparto con aspecto del “autogiro” de Ricardo de la Cierva. (Tarjeta: Archivo Viena Capellanes)
Manuel Lence
Manuel Lence Fernández, originario de Galicia, adquirió el negocio de panadería de la familia Baroja, que lo dejaba “por hastío, cansados de lidiar con obreros, proveedores y con el Ayuntamiento de Madrid.” Y también porque, seguramente, el pan y la repostería no eran lo suyo.
Puede decirse que los Baroja cambiaron la panadería por una imprenta –Caro Raggio-. Y, por fortuna para todos, cada miembro de la familia se dedicó a desarrollar y a vivir de sus habilidades literarias y artísticas, mucho más fructíferas.
Desde que Manuel Lence se hizo con el negocio, el 24 de octubre de 1916, fueron llegando a Madrid desde Miranda (Lugo), uno a uno, sus cinco hermanos: Antonio, Policarpo, Juan, Francisco y José.
En 1919, contaban con cinco hornos, seis obradores y ocho nuevas tiendas, además de la inicial en la calle de Preciados –hoy desaparecida-, ya prestigiosa en la época de los Baroja. Contaban además con 264 trabajadores y con dos coches de mulas y dos automóviles de explosión para el reparto por la capital.
Fachada de la desaparecida sucursal de la calle de Génova, 2. (Foto: Archivo Viena Capellanes)
Tienda situada en Alcalá, 127. Año 1923. (Foto: Archivo Viena Capellanes)
Interior de una de las tiendas de Viena Capellanes, c. 1930. (Foto: Archivo Viena Capellanes)
Desarrollo de la empresa
Gracias a la entrada de capital indiano o del procedente de las colonias desaparecidas en 1898, surgieron en España enlas primeras décadas del siglo XX algunas empresas fundadas con estructura empresarial capitalista. Fueron importantes las Pescaderías Coruñesas, fundada por Luis Lamigueiro en 1911; las Mantequerías Leonesas, creada por Marcelino Rubio, en 1920; y la propia Viena Capellanes.
En los años 30 del siglo XX la Sociedad Anónima Viena Repostería Capellanes, domiciliada en Martín de los Heros, 33 y 35, contaba con 14 sucursales, algunas como la de la calle de Goya con despacho de pan, pastelería, venta de embutidos y salón de té.
Sin embargo, distintos avatares de carácter económico y las consecuencias de la Guerra Civil, mermaron el desarrollo de la empresa, desapareciendo muchas de las sucursales.
En la década de los sesenta del siglo XX, la bonanza económica proporcionó un impulso que, con la aplicación de nuevas estrategias empresariales y sistemas de gestión más eficientes, ya en los últimos años del pasado siglo, ha permitido la importante presencia que el grupo tiene en la actualidad.
Antigua y actual fachada de la sucursal de la calle de Goya, 37. La tienda se abrió en 1920. (Fotos: Archivo Viena Capellanes)
Sucursal de la calle del Marqués de Urquijo nº 17, inaugurada en 1912. Antigua fachada, en 1930 y actual. (Fotos: Archivo Viena Capellanes)
Referencias.-
Simón, Ada
Viena Capellanes. 1873-2003
Edita Viena Capellanes
Madrid, 2003
Baroja y Nessi, Pío
Juventud y Egolatría
Ed. Caro Raggio
Madrid, 1985
Baroja y Nessi, Carmen
Recuerdos de una mujer de la generación del 98
Tusquets editores
Barcelona, 1998
Caro Baroja, Julio
Los Baroja
Caro Raggio Ed.
Madrid, 1997