Todos creíamos que sería una caminata cortita y llevadera por eso la alargamos para entrar desde la barriada Ayuma de la ciudad de Catacocha, para ir bordeando la ciudad por Chapango, cuatro caminos y Tundunda, hasta llegar finalmente a nuestro destino: la nueva represa de San Pedro Mártir.
Desde el Parque Central de la cabecera cantonal y en dirección al barrio del Progreso iniciamos una ruta sorprendente de belleza natural a tan solo 3 km de la ciudad, la cual nunca perdimos de vista, observándola en cualquier momento a nuestra izquierda ofreciéndonos diferentes perspectivas difícil de dejar de fotografiar.
Primera y amenazante sorpresa del día; una serpiente coral venenosa, abundante por este sector, nos mete el miedo en el cuerpo pero no podemos evitar fotografiarla pero con todas las prevenciones del mundo. Estas serpientes son capaces de matar a una persona si no se trata la herida urgentemente, por lo que recomendamos dejarlas en su habitat sin molestarlas y por supuesto sin intentar manipularlas.
Según varios hacendados de la zona son las culpables de varias muertes de ganado, por lo que ellos en cuanto ven una intentan extinguirlas, algo en lo que no estamos de acuerdo, pero entendemos sus razones. Pero no olvidemos que todo en la vida tiene su razón de ser, y nosotros no somos los únicos habitantes ni dueños de la naturaleza. Teniendo cuidado y respetando su espacio todos podemos convivir.
Después del susto continuamos nuestra marcha por Chapango disfrutando las excelencias paisajistas que el bosque seco nos ofrecía hasta llegar al cruce de direcciones conocido como los "cuatro caminos", donde se entrelazan las rutas de San Isidro, Santa Marianita, Tundunda y el propio Chapango.
Dejando el sendero detrás de nosotros iniciamos la dirección hacia las impresionantes pampas de Tundunda, que acunan la leyenda de la pelea entre el cerro Guanchuro y Cango por la disputa del amor de la Pisaca tirándose piedras, las cuales residen actualmente en dichas pampas, dando un resultado para la vista imposible de olvidar.
De resaltar la visión enriquecedora desde el centro de las pampas de Tundunda, donde se observan los grandes cerros que rodean la ciudad de Catacocha, en una linea mágica y protectora que hace sentirse en otro mundo. Guanchuro, Huacanuma, San Pedro la Chora, Copa sombrero, Guiriquingui, Pisaquilla, Pisaca y Pisaquita dan una línea de horizonte que hay que disfrutarla por unos minutos y en silencio.
La bajada desde Tundunda a la propia represa se hace exigente por el desnivel, pero la experiencia nos ha hecho ser casi expertos en bajadas de grandes lomas que desembocan casi siempre en verdaderos paraísos donde disfrutar del entorno. En este caso la reciente represa realizada para contener aguas que provean el líquido elemento a la ciudad, ofrece un paraje extremo donde la quebrada de San Pedro queda suspendida momentáneamente para formar un lago artificial proveniente de un pequeño cañón convirtiéndose en una visión de admirar.
Siguiendo la ribera de la quebrada salimos a la vía principal por la bomba de San Pedro, donde los exhaustos expedicionarios pacientemente nos reunimos conforme íbamos terminando nuestro recorrido de 11 kms, realizada durante 4 horas para volver al punto de partida. Otra experiencia que se queda para los privilegiados de patear unas rutas cercanas que no se valoran lo suficiente. ¡¡Impresionantes!!
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