Lola Sancho Cabrera
Parece ser que ahora los ojos de las
mujeres también tientan a pecar, o eso por lo menos es lo que piensan los
miembros del Comité de Prevención del Vicio, creado en 1940 en Arabia Saudí,
obviamente por individuos de sexo masculino, ya que están planteándose la
posibilidad de que las mujeres se tapen la única parte de su cuerpo que
mantenían al descubierto, sus ojos. Todo ello debido a que piensan puede ser
una gran tentación para los hombres.
Recordemos que este mismo Comité impidió a unas estudiantes de una escuela de La
Meca escapar de un incendio, al prohibir que los bomberos entraran al lugar a salvarlas, debido a que las muchachas no iban correctamente cubiertas según la
tradición musulmana. Murieron quince chicas.
Ojos de mujer, nueva tentación para el hombre (Jon Betts)
Del mismo modo otra noticia me impacta
fuertemente. Una mujer en Afganistán es condenada a doce años de prisión por ser víctima de una violación, y como alternativa le ofrecen la posibilidad de casarse con
su agresor. Es decir, Gulnaz, la mujer de diecinueve años violada por el marido
de su prima, debe de pagar condena por sufrir una agresión brutal contra la
integridad y la libertad de su persona, que es la violación, y como el mejor de
los remedios, para evitar la cárcel, puede casarse con su violador. Opinad
vosotros… yo no tengo palabras.
Estas noticias a finales del año 2011, nos
hace plantearnos muchas preguntas ¿Hasta cuando la mujer tendrá que seguir
soportando las prohibiciones del hombre basándose en argumentos ilógicos y
totalmente anacrónicos? ¿Por qué la mayoría de religiones y libros sagrados son
tan represivos con la mujer? ¿Están ellas de acuerdo? ¿Por qué mujeres
universitarias, cultas e inteligentes continúan sometidas a la potestad de sus
padres o esposos?
Existen muchas más preguntas con
distintas y antagónicas respuestas, dependiendo a quién se pregunte. Prefiero
no saber las razones que me expondrían los hombres partidarios de este tipo de
medidas, me temo que sus respuestas iban a quedar muy lejos de convencerme y en
cambio, sí me pondrían de muy mal humor.
Por tanto, esperemos que el duro camino
que emprendió la mujer en defensa de sus derechos y libertades, hace ya algunos
años, siga su curso, y a pesar de la religión, obsoletas asociaciones y
anacrónicas civilizaciones, pueda recuperar, sea del país que sea, sea de la
religión que sea, sea de la etnia que sea, la independencia del hombre, y que por
fin pueda ser su compañero, no su represor y carcelero.