Ante el silencio de los gobiernos regionales, el chavismo recrudece la represión a los opositores
La gestión de Maduro encarceló a casi 3.000 personas desde que comenzaron las protestas opositoras. Sólo en la noche del jueves, arrestó a 240 estudiantes en la mayor redada desde que comenzó la crisis. Aun en este escenario, los presidentes de América Latina decidieron respaldar a su socio petrolero Crédito: Presidencia Uruguay Nicolás Maduro ordenó el desalojo de la Plaza Bolívar de Chacao, bastión antichavista. La brutal redada, desarrollada en la madrugada para disminuir la visibilidad, terminó con más de 240 estudiantes detenidos. Una veintena de ellos, menores de edad. La información se conoció casi 10 horas después. Otra vez, las redes sociales funcionaron como herramienta para mostrar lo que pasa en tierras chavistas. Los medios locales nada contaron hasta que el propio Maduro habló y acusó a los opositores de terroristas y narcotraficantes (hasta un examen de orina para detectar rastros de droga les hicieron). La arremetida fue rápidamente condenada por la oposición, organismos internacionales como la ONU, y las ONG de derechos humanos. Pero los países de Latinoamérica nada declararon. Desde que comenzaron las protestas opositoras en Venezuela, el 4 de febrero pasado, el gobierno de Maduro encarceló a 4 dirigentes opositores; Leopoldo López es el exponente más conocido, dado que su arresto, en plena movilización opositora el 18 de febrero, no pudo ser ocultado por la maquinaria mediática chavista. El mundo vio cómo la Guardia Nacional Bolivariana metió en un tanque al opositor, que se entregó arropado por una multitud. Luego, siguieron un par de alcaldes díscolos que se negaron a reprimir. El saldo de muertos es de 42 y la reputada ONG Foro Penal Venezolano denunció más de 2.500 detenciones en movilizaciones opositoras. La cantidad de heridos se desconoce, pero todos los días imágenes de venezolanos ensangrentados se cuelan por las redes sociales. En todo este tiempo, más de tres meses, los gobiernos regionales hablaron muy poco de lo que sucede en Venezuela. La condena llegó con cuentagotas. Los que se animaron a criticar se convirtieron rápidamente en enemigos acérrimos del chavismo. El entonces presidente chileno Sebastián Piñera se reunió con opositores y, abiertamente, criticó la represión. La voz chilena, de todas formas, rápidamente se extinguió el 10 de marzo cuando asumió Michelle Bachelet. El otro que habló fue el panameño Ricardo Martinelli. Maduro rompió rápidamente relaciones con Panamá y destituyó de manera fraudulenta y exprés a la legisladora María Corina Machado, que asistió a la OEA para contar su verdad con la venia de Martinelli. Ese foco antichavista también se extinguió. Este último domingo 4 de mayo, ganó las elecciones Juan Carlos Varela. Esa misma noche habló con Maduro y el restablecimiento de las relaciones entre Panamá y Venezuela es cuestión de tiempo. Asume Varela y todo solucionado. Hubo otra voz discordante, la del colombiano Juan Manuel Santos, que rechazó la represión casi con el comienzo del despertar opositor. Con una reacción desconcertante, el bolivariano primero lo atacó en cadena nacional ("Te salió el corazoncito fascista", le espetó al colombiano mientras festejaba la detención del dirigente opositor Leopoldo López) y, días más tarde, cuando encontró mejores enemigos, le agradeció sus oficios para entablar un diálogo y "apoyar siempre al pueblo venezolano". Es decir que, salvo Chile (antes de que asumiera la socialista Bachelet), Panamá (antes de que ganara el rebelde Varela) y Santos, ningún mandatario regional rechazó la represión chavista.Brasil, poderoso líder regional, tardó más de un mes en pronunciarse. Por lo bajo negoció una comisión de cancilleres de la Unasur que intenta mediar con la oposición. Así, la mayoría delos ministros de Relaciones Exteriores de América del Sur viajó a Venezuela para establecer una mesa de diálogo. Ese primer viaje, más que un intento por destrabar el conflicto, se tradujo en el chavismo como una demostración de apoyo. La movida logró dividir a la oposición entre quienes se sentaron a charlar y los que decidieron seguir en las calles. Las conversaciones están estancadas. Otros mandatarios, como el boliviano Evo Morales, el nicaragüense Daniel Ortega o el ecuatoriano Rafael Correa, rápidamente declararon a favor de su aliado y condenaron el "afán desestabilizador" de la oposición venezolana. La argentina Cristina Kirchner respaldó al gobierno de Nicolás Maduro en varias oportunidades, siempre recordando la relación con el fallecido Hugo Chávez. Aseguró que en Venezuela "hay un intento de golpe blando" contra el chavismo y recibió al canciller Elías Jaua. Mientras, todos los días hay una nueva marcha opositora. Los estudiantes siguen a la cabeza de las movilizaciones y ponen el cuerpo a la represión. Según cifras del Foro Penal Venezolano –y sin contar el episodio de Chacao de la madrugada de este jueves 8 de mayo– el gobierno de Maduro encarceló a 145 menores de edad. La ONG también documento 2.500 arrestos de adultos. Caso por caso, nombre y estado de su proceso pueden consultarse en su página web.