Una agradable tarde de verano en Birgmingham, el Villa Park fue testigo de la confirmación de la República Checa como gran revelación de la Eurocopa que Inglaterra hospedó en 1996. Aquel 18 de junio, Portugal y el equipo checo se enfrentaban, como lo harán dentro de unas horas, en los Cuartos de Final. Portugal comenzaba a afianzar en su equipo a 'La Generación de Oro' con Vitor Baia, Fernando Couto, Rui Costa y un joven Luis Figo que peleaba por ser titular, mientras que el equipo dirigido por Dusan Uhrin veía como los nombres de su propia gran quinta comenzaban a hacerse familiares para los aficionados y copar más libretas de ojeadores.
Ese partido se decidió de una manera sorprendente, con la 'cuchara' de Karel Poborsky (su primer gol como internacional y que incluimos en nuestro top10 de mejores momentos de la Eurocopa), un gol que no sólo eliminó a Portugal y reafirmaba que el buen juego checo y sus interesantes futbolistas no era flor de un partido, sino que cambió la carrera del jugador que había llegado al Slavia de Praga para sustituir a Patrick Berger un año antes.
Su velocidad y desborde sedujeron a Alex Ferguson quien se lo llevó a Manchester al fin del torneo pero la competencia en la banda derecha y las expectativas generadas hicieron que la temporada y media en la Premier fuera un reto demasiado exigente a pesar de que le sirvió para tener una carrera plácida en Portgual (!) con el Benfica y en Italia con la Lazio antes de volver a casa.
Algo más de tres lustros después, checos y lusos se vuelven a encontrar en Cuartos. Ya no están ni Kouba, ni Repka, ni Bejbl, ni Nedved, ni Koller... y a la República Checa que desde aquel torneo inició una trayectoria ascendente con cénit en 2004, donde tenía el equipo idóneo para haber ganado aquella Euro, se encuentra ahora en un proceso de cambio generacional. Rosisky y Cech (¿Baros?) como nexos entre la generación más gloriosa y la que debe pelear por recuperar ese lugar en el fútbol del Viejo Continente. Uno de los futbolistas que está llamado a liderar a la República Checa de los próximo años es Vaclav Pilar y guarda ciertas similitudes con Poborsky aunque también puntos que no pueden ser más distantes. Ambos parten desde la derecha con la selección y encuentran en su rapidez, su habilidad para la conducción + desborde y, no cifras goleadores altas, pero sí oportunismo para 'elegir' cuando suman gol. Hasta aquí y hasta ahora los puntos en común.
Porque si la Eurocopa significó la explosión Poborsky, para Pilar no lo será a la hora de buscarse un contrato de estrella. Algunos le 'descubrieron' por su actividad en el doble partido en la fase de grupos contra el FC Barcelona, y seguro que entre esos habrían ojeadores del Wolfsburgo que tras unas semanas de seguimiento y otras de negociación, acordaron la incorporación del 'Messi checo' (ojo, tiene este 'mote' por su devoción por el argentino y no por su juego) para la próxima campaña. El equipo alemán se hacía con un talento en ciernes antes de que la Eurocopa pudiera revalorizarlo.
Si Poborsky dio un salto enorme en su carrera, el de Pilar parece que será más escalonado. Sale del Viktoria Plzen para recalar en un equipo de unas las mejores ligas del mundo, pero de exigencia media. Ideal para seguir su crecimiento futbolístico y no morir de éxito.
En un rato Pilar tiene muchas papeletas para ser de la partida ante un partido con el que seguro que hace unos meses no soñaba y sabiendo de que media Europa esperará una actuación a la altura de las expectativas que ha ido levantando en cada encuentro. ¿Responderá ante esta responsabilidad?
foto: zimbio.com