- Los desplazamientos de civiles son constantes en las provincias orientales de Kivu Norte y Sur a causa de los conflictos protagonizados por una multitud de actores armados.
- En esta boscosa región no solo confluyen intereses regionales, sino una compleja historia de violencia étnica y de lucha por el control de los recursos naturales.
- Estas son las historias de las personas que sufren las consecuencias del conflicto, la pobreza y la escasez de atención médica.
Las armas y un debilitado sistema de salud están agravando la situación humanitaria en el este de la República Democrática del Congo (RDC). La población intenta hacer frente a sus necesidades básicas y huye del conflicto. Foto: Juan Carlos Tomasi
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas estima que el número de desplazados en el país supera los dos millones y que este número se ha incrementado un 25% desde principios de año. Foto: Juan Carlos Tomasi
“El aumento de la violencia en la región está forzando a un gran número de personas a dejar sus casas en busca de seguridad”, explica el coordinador general de MSF en RDC, Andrew Mews, desde Goma, la capital de Kivu Norte. Foto: Juan Carlos Tomasi
Grupos armados han convertido a poblaciones enteras en sus objetivos. Foto: Juan Carlos Tomasi
Sara Machozi, 33 años. Está angustiada por el futuro de su familia tras verse obligados a huir a causa de los combates entre grupos armados en la localidad de Kuziza (Kivu Sur): “Estábamos en casa y escuchamos el silbido de las balas”, recuerda. Huyeron con las manos vacías, con el único objetivo de salvar sus vidas, sin pensar siquiera en el futuro más inmediato. Foto: Juan Carlos Tomasi
Minova, al este de la Republica Democrática del Congo, se ha convertido en refugio de familias que huyen de los combates. Foto: Juan Carlos Tomasi
En la provincia de Kivu Sur, los programas de emergencia de Médicos Sin Fronteras establecidos en mayo para dar atención médica gratuita a los desplazados se han prolongado un mínimo de seis meses más en vista de la situación actual. Foto: Juan Carlos Tomasi
Los programas de MSF dan apoyo a los centros de salud locales que asisten a las poblaciones más dispersas y aisladas. Foto: Juan Carlos Tomasi
David Enabukonjo, de 33 años, apoya las muletas con alguna dificultad. Recibió un disparo en el muslo en un ataque de un grupo armado a su aldea. “Cuando llegaron, empezaron a quemar casas, a matar gente y a violar a mujeres delante de sus hijos”. Foto: Juan Carlos Tomasi
Las personas que han conseguido llegar hasta los campos de desplazados representan una pequeña parte del total de desplazados. Muchos se ven obligados a refugiarse en los bosques del interior, sin acceso a atención médica y sin posibilidades de llegar hasta ellos para proporcionársela. Foto: Juan Carlos Tomasi
En Kalonge, la población se encuentra dispersa en zonas remotas y tiene dificultades para acceder a la atención médica. Foto: Juan Carlos Tomasi
MSF facilita asistencia en Kalonge, Kivu Sur, desde 2008. La Organización apoya a los centros de atención primaria y lleva a cabo actividades nutricionales. Foto: Juan Carlos Tomasi
Birihoya Bokani, 60 años, perdió a dos de sus nueve hijos y a su mujer en un ataque a su localidad. “Muchos más murieron abrasados en sus casas durante los ataques”. Foto: Juan Carlos Tomasi