Republica masculina independiente de Casa del Habano

Eramos 35 casi que 40 hombres felices, sin mujeres, haciendo lo que nos gusta, fumar y hechar humo, todos nos regocijabamos con las volutas azuladas que se esparcian por el local llenandolo de olor a tabaco noble, nuestros sentidos estaban trasmitiendonos las señales correctas, la mano tenia el habano con su suave turgencia, el gusto disfrutaba de las notas que entregaba las hojas de tabaco y el fuego, el sorbo de ron, intensificaba el deleite, el olfato se deleitaba con el olor caribe. Nunca se oyo decir: porque fumas tanto?, que huele raro!!,que abran por Dios una ventana!!, que no bebas mas, como asi que acompañar un ron con una cerveza?, no habia ninguna impertinente femina que nos hiciera el mas minimo reproche, los que nos atendian , llegaban con un cigarro en la boca, todo era armonia masculina, la ceniza se desbordaba de los ceniceros y adornaban la mesa llena ademas de copas de ron, de vino, de Whiskey raros, los precios de por si altos no nos importaba, el placer no tiene precio, gastar 20 € en un solo cigarro es algo que nuestra contraparte no concebiria nunca, nosotros los hombres estamos en capacidad de entender que un lugar hecho exclusivamente para nosotros con sillas de cuero, con anaqueles de madera fina, surtido hasta el tope de licores cuesta mucho dinero, por eso pagamos con gusto, asi era el reino masculino en que me encontraba, hablamos de autos, de restaurantes, de armas y de todo lo que se nos antojaba, era un ambiente de camaraderia. Cuando llegue fui directo al piso superior y me provei de un Robaina formato torpedo, que deleite hasta la ultima chupada, todo fue perfecto hasta que recibi una llamada en el mobil que me bajo del olimpo y volvi a ser un macho domesticado.