La empresa CareerBuilder en 2006 encontró que el 51% de las empresas que utilizaban Internet para investigar candidatos a empleos, habían eliminado uno de ellos debido a la información encontrada en las redes sociales. Según explica Mark Briggs, periodista estadounidense. Continua diciendo, en aquellas empresas que buscaron en MySpace o Facebook los resultados ascendieron al 63%. Los datos reunidos les llevaron a no contratar al candidato por la información recogida en estas redes sociales.
Gestionar la reputación es un trabajo que no nos quita el sueño, pero que no podemos procastinar porque en uno u otro momento nos hace falta.
Pere Rosales, Chema Martínez y Javier Godoy lo han expuesto en el OMExpo Madrid, la reputación puede medirse, si establecemos la ecuación:
%Promotores – %Detractores = Reputación
El resultado permite medir la calidad del servicio o producto de la empresa hacia sus clientes. Utilizando el Net Promoter Score – NPS, como herramienta para medir la reputación de la empresa comparándola con otras similares. Si el % establecido es negativo, sabremos que no vamos por buen camino. Entonces tendremos que observar cómo están posicionados nuestros competidores. Si recibimos quejas y hacemos caso omiso de ellas, puede que la competencia las utilice como ventaja incorporándolas para mejorar y diferenciarse.
Es posible ir más allá en la reputación estableciendo normas éticas y una cultura empresarial extendida desde los empleados hasta todos aquellos que mantienen una relación con la empresa, sean o no clientes. La reputación no es como el honor, condición en desuso que es necesario mantener como un tesoro que reluce cuanto más nos observan. La reputación es una ventaja que podemos capitalizar al convertir a los clientes en promotores de la marca, para gracias a ellos incrementar el valor y los beneficios del producto.
Empeñados en publicitar una cosa y hacer lo contrario, creo que somos lo que hacemos, no tanto lo que decimos. Es más, somos como nos perciben los otros, cómo estamos posicionados en la mente de cada persona.
Por último, entiendo que hay dos tipos de empresa, aquellas que se ocupan de mantener la reputación al día y aquellas que lo harán.