Revista Educación

Réquiem por Cecil

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Cecil*, melena al viento, nunca imaginaste tu absurdo y triste final, siendo un personaje ya en tu entorno, rey de reyes en la sabana africana.

Cecil, tu belleza, tu porte, tu elegancia… qué importan a esa raza que se cree superior y que paga por conseguir tu cabeza como un trofeo para exponerla de forma ridícula en las paredes de sus horribles casas.

Cecil, te engañaron vilmente, te sacaron de tu reserva para darte caza de forma cobarde y dejarte moribundo varias horas hasta rematarte y degollarte días después.

Cecil

Cecil, la miseria humana reside por desgracia en el mismo mundo de tantos otros colectivos que buscan protegerte, a ti y a los tuyos, pero el dinero es tan poderoso que cualquier belleza natural importará siempre menos.

Cecil, malditos cazadores, malditos gobiernos que tuercen la mano para recibir limosnas, maldita la autoproclamación de supremacía de los hombres.

Cecil, pobre Cecil, de qué vale ahora que algunos se rasguen las vestiduras y se detenga a los culpables, que se pidan mil perdones o que se pague con la cárcel un acto tan incomprensible como condenable.

Tus hijos, Cecil, ahora más solos y amenazados que nunca, llorarán tu ausencia y temerán incluso por sus vidas.

Cecil, la belleza de tu rostro y de tu cuerpo serán ya solo el recuerdo de quienes tuvieron la suerte de conocerte.

Qué triste, Cecil, qué triste tu muerte, ni siquiera valdrá para que nos cuestionemos y erradiquemos la estupidez de la caza deportiva, porque tu caída no va a alimentar a ningún ser hambriento y tu muerte, querido león, me temo que ha sido en vano.

*Cecil, el león más emblemático y conocido de Zimbabue, según relatan muchos medios de comunicación, cayó abatido hace unos días por un cazador furtivo, unos cuentan que español, otros que norteamericano, en una zona próxima a la reserva de Hwange, donde había vivido sus 13 años de vida. Deja hijos y quién sabe si compañera de viaje.


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