Revista Opinión

Réquiem por un parado español

Publicado el 28 diciembre 2013 por Icaro @ateneo

Ramón J. Sender murió en Estados Unidos mientras solicitaba la nacioanlidad española. Corría el año 1982 y España no estaba para otra cosa que para naranjas y naranjitos  y dijeron a uno de los mejores periodistas y escritores que se quedase en Estados Unidos, que aquí lo que se necesitaba eran glosadores y comentaristas para el Mundial de Futbol que se celebraba en España.

Ya exiliado en  México y censurado completamente en España,  Sender  escribió la novela Mosén Millán, era el año 1953 y hasta  1960 no cambiaría su título por Requiem por un campesino español.

Si Ramón J. Sender escribiese sobre la España actual podría hacerlo sobre el parado español, cambiando simplemente campesino por parado, pues los protagonistas de la novela son los mismos que los de ahora. Aunque hayan transcurrido más de 70 años, el protagonista principal es Mosén Millán que tras  delatar a Paco el del Molino y ser el causante de su muerte, trufa la novela de reflexiones, inquietudes y arrepentimientos así como de autojustificaciones,  buscando aligerar su carga moral por la responsabilidad en la muerte de Paco.

No sería complicado encontrar a un Paco el molinero en España, alguien sincero, idealista, líderando luchas contra la opresión y la injusticia. Lamentablemente tampoco será complicado encontrar el alter ego de Mossen Millán. Existen miles de curas en España cuya labor es la misma que la de uno de los protagonistas de la novela de Sender. Mosén Millán en la novela predica resignación y humildad, aceptar los avatares de la vida y poner la otra mejilla. Asimismo explica a Paco que la extrema pobreza de los que viven en las cuevas no es cosa realmente tan grave si se piensa en las miserias espirituales a las que están expuestos y, finalmente, también intenta que Paco acepte su muerte y se resigne.

requiem por un parado español

Mosen Millán en la actualidad sigue entre nosotros. A más pobreza más caridad, más Caritas, más Confederación de las entidades de Acción caritativa y social de la Iglesia católica en España. La Caridad, la virtud, con los menos favorecidos permite que La Iglesia católica se perpetue utilizando toda una red de locales repartidos por todo el país y cuya misión es dar limosna a los más pobres. Caritas y Manos Unidas  tienen un presupuesto anual de 120 millones que, siempre según Europa Laica. En total el Estado Español hace entrega a la Iglesía Catolica según se recoge en los Presupuestos Generales de 2013,  cada mes de 13,2 millones de euros (158,4 en total) a cuenta de la asignación tributaria mediante el IRPF para pagar a la Conferencia Episcopal y los salarios del clero. La cantidad total que recibirá este año por esta asignación, que se complementa con la liquidación de lo recaudado el año anterior, será de 247 millones.  La caridad sólo la puede practicar -sin ningún tipo de control- la iglesía católica, hoy mismo Ana Botella (PP) ha desalojado un Banco de Alimentos del 15M

En el libro El poder de la Iglesia en la España contemporánea, calculan  entre 2.500 y 3.000 los millones que la Iglesia española pagaría al Estado si, como ha aprobado recientemente Italia, no estuviera de algo tan sencillo como el IBI.

Mosén Millán, la iglesía, necesita a los pobres para ser cada vez más rica y poderosa. El Estado Español, necesita a la Iglesía para que el pueblo ponga una y otra vez la mejilla. A pesar de que únicamente el  34,83% de los contribuyentes (7.357.037 personas) marcaron  la casilla del IRPF en su declaración de la renta, TODOS contribuimos a mantener a Mosén Millán.

Se rasga las vestiduras el PSOE con la reforma del aborto del ultraderechista Gallardón, pero se niega a reconocer que durante años – y teniendo el voto mayoritario del pueblo español- no se atrevió a quitar el poder a la Iglesía Católica.


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