Requisitos para ser una persona normal (2015)

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María de las Montañas (Leticia Dolera) es una peculiar chica de 30 años que no tiene trabajo, acaba de ser expulsada de su piso por no pagar el alquiler, se lleva fatal con su familia y cuya vida romántica hace mucho tiempo que no existe. Ante esta situación, y consciente del desastre de vida que tiene, se propone convertirse en una persona normal. Para ello, elaborará una lista de requisitos a cumplir y se propondrá hacer todo lo posible para llevar a cabo una misión que, aunque parece sencilla, esconde muchas complicaciones.

Valoración: 6,681.

Tráiler de la Película

Ficha

Título Original: Requisitos para ser una persona normal.
Directora: Leticia Dolera.
Guionista: Leticia Dolera.
Actores: Leticia Dolera, Blanca Apilánez, Manuel Burque, Miki Esparbé, Núria Gago, José Luis García Pérez, Toni González, Alexandra Jiménez, Jordi Llodrà, Carmen Machi, Silvia Munt, Jorge Suquet, David Verdaguer.
Productores: Axel Kuschevatzky, Oriol Maymó, Paco Plaza.
Fotografía: Marc Gómez del Moral.
Música: Luthea Salom.
Montaje: David Gallart.
Diseño de Producción: Laia Ateca.
Diseño de Vestuario: Vinyet Escobar.
País: España.
Lugares de Rodaje:
Fechas de Rodaje: De 22-04-2014 a 02-06-2014.
Año: 2015.
Duración: 81 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 7 años.
Género: Comedia, Romántica.
Estreno: 04-06-2015.
DVD (Venta):
Distribuidora: A Contracorriente Films, S. L.
WEB Oficial: WEB Oficial de la película en España, Sitio Oficial.
Espectadores: 15.457.
Recaudación: 94.658,09 €.

Crítica

09-06-2015 – JOSU EGUREN

Los esclavos felices

Me gustaría creer que cuando Leticia Dolera escribía el borrador de su primer largometraje escuchaba de fondo ‘Branquias bajo el agua’, de Derribos Arias, pero lo más seguro es que estuviese malinterpretando algún cassette con canciones del revival popero español de finales de los 90. En cualquier caso, felices o no, los protagonistas de “Requisitos para ser una persona normal” son esclavos de una ficción que bajo su apariencia pizpireta e inofensiva ejerce como vórtice del pensamiento crítico. El catabolismo de la rabia punk, que debería ser alimento para el espíritu de una generación que sigue sin distinguir entre ideologías, tiene como efecto este conformismo sibilino que en mi imaginario está guiado por los popes de El Borne y Malasaña, criaderos de pijos y culturetas tan capaces de monopolizar las portadas del cambio como de ser voceros de las revistas de tendencias que en sus fashionables combinan alpargatas a 6 euros con bolsos de Gucci.

Que el gran plató de “Requisitos para ser una persona normal” sea un pabellón de Ikea condena a la película a la sumisión absoluta, y ni siquiera sirve como punto de apoyo para que Dolera muerda a la yugular de esa nueva estética donde los espacios clónicos se celebran como una de las conquistas de la modernidad. Pasaban los minutos, y este crítico rumiaba la expresión «qué asco» (a todo y por todo) cuando la propia directora lo puso en boca de su personaje, coronando una escena que será aplaudida por la ingenuidad con la que maneja el chiste escatológico, cuando en el fondo solamente sirve para distraer la atención de la gran mentira que se cocina en su interior. A criterio del espectador queda juzgar el empleo de dos personajes secundarios (una madre nostálgica de su marido maltratador y un hermano gay con Síndrome de Down) que son la máscara de la risa y el llanto de una película que celebra la precariedad como forma de vida.