El pasado viernes 31 de mayo se estrenó en nuestro país, Resacón 3. El éxito de la segunda entrega repitió la fórmula del original, cambiando Las Vegas por Bangkok. Y esta última, ha representado un regreso a la escena original del crimen.
La trama es lo de menos, pero al parecer la muerte del padre de Alan (Galifianakis) es lo que provoca una nueva reunión del grupo, que regresa a Las Vegas para vivir una última y peligrosa gran aventura.
Los tres colgados van de camino hacia la capital del juego cuando son secuestrados por la mafia, liderada por John Goodman, y todo se empieza a enredar que da gusto.Seguro que pensaréis que este retorno a Las Vegas retornará a la trilogía la energía original de la primera peli. Pero, siento deciros que no. Aparte de alguna risa aislada, esta tercera parte tiene poco interés en resultar remotamente graciosa.En vez de una comedia, Todd Phillips ha girado el volante hacia una película completamente plana, eso si, con carreras de coches, explosiones y persecuciones que quitan el aliento.La primera entrega fue la gran juerga, el resto, una resaca demasiado larga.