Hace un tiempo mi amiga Elena me comentó que había encontrado unas cintas raras, amarillas, redondas, pequeñas, y me preguntó si yo tenía cómo verlas. Pronto me di cuenta de que podía hablar de unas Super 8 y le pedí que me las diera. Efectivamente, eso eran.
¡Y hoy está viendo a sus padres el día de su boda!
Pensé que podría contaros cómo pasamos estas películas a dvd porque no tiene ninguna ciencia y a lo mejor podéis rescatar recuerdos. Lo más difícil, según los caso, es tener un proyector de Super 8. Si os animáis, podéis encontrar de segunda mano en ebay y en todocolección, por ejemplo. Para mí es todo un tesoro. Me sigue pareciendo magia y mucho mejor que el cine digital con tanta resolución. Donde estén los pelos en los fotogramas que se quiten los píxeles oiga! =)
( Ya sabéis que soy una romántica, no me lo tengáis muy en cuenta)
Hay que saber manipular los rollos para que no se estropeen o se quemen. Buscamos una pared blanca (yo utilicé un cartón pluma que tenía), situamos la cámara de vídeo paralela al proyector y a cierta altura para que no quede a ras de suelo (yo, con el proyector encima de una caja y la cámara en un taburete); conectamos el aparato, enfocamos y encuadramos la cámara al mismo tiempo y ya está. Le dais al REC, claro, y a disfrutar.