La tercera y última parte de la trilogía DREAMLAND BILLIONAIRES de la autora Lauren Asher se centra en la vida del pequeño de los hermanos Kane, Callahan Kane, y en todo lo que envuelve su parte del testamento de su abuelo. Su parte del testamento deja estipulado que debe pasar todo un verano en la casa del lago donde pasaba los veranos de su infancia y se reencontrará con una persona muy importante para él. Este encuentro provoca que él se entere del desafío que le pone su abuelo.
Esta persona es Alana Castillo, la hija de la mujer que se encargaba de cuidar la casa del lago para la famillia Kane. Es una chica que ha salido adelante con una hija de 5 años, dando clases de español y que tiene claro que no quiere saber nada de la familia Kane. Es solo pensar en algo que tenga que ver con ellos y el dolor se hace presente. Cuando Callahan aparece después de 6 años en la puerta no de crédito a lo que ve, y no es la única. Callahan lleva años poniendo buena cara a todo el mundo y siendo el hermano divertido que se muestra muy poco interesado en todo lo que tiene que ver con la empresa familiar, cuando en realidad sabe más que nadie. Llevan años trantándolo como si fuera la oveja negra y tiene la mentalidad de ser quienes ellos piensan para que no tengan expectativas sobre él. Se muestra como un tío sin problemas, pero es el que más está metido hasta el hoyo más oscuro.
Deben pasar el verano juntos en la misma casa para que él reciba la herencia y que así no se la quiten a sus hermanos, ya que a él le da absolutamente igual su parte. Todo se termina complicando por rencores del pasado y sus consecuencias en el presente, la desconfianza reina entre ellos y más cuendo ella se entera de que o vende la casa o le compra su parte a Cal.
Me han gustado mucho los personajes secundarios del pueblo, mostrando y comunidad donde van todos a una y que si haces daño a uno se lo haces a todos. A su vez, las intervenciones de los hermanos nos muestan ese punto donde no tienen expectativas en Cal y la relación con su padre. En esta entrega conocemos más del padre y vemos las similitudes de los hijos con él todavia más quue en las entregas anteriores.
Como siempre, Lauren Asher consigue que no pares de leer sus novelas y que te sumergas de lleno. En esta no solo hace que te sumergas, sino que te muestran tanto de los personajes y añade más del resto que el chisme está bien servido. Todo muy bien hilado y no deja nada abierto, me ha encantado.