Revista Cultura y Ocio
¡Hola, bookers! Pues aquí estoy con una reseña más. Os traigo Seda, de Alessandro Baricco, un buen libro y una mejor elección para las noches de desvelo en las que se necesita una distracción ligera.
La portada de mi ejemplar no es nada del otro mundo. Sencilla, clara, directa. El tono amarillo de fondo enmarcando el rectángulo granate con motivos de la naturaleza y un símbolo oriental (que no, no sé lo que significa, y sí, lo he buscado, jajajaja). No me llama especialmente, la verdad. Pese a que he visto cosas peores, es el tipo de portada que no me resulta atrayente. Le dejo un 2 / 5.
Se trata de un libro relativamente breve en el que se da a conocer la historia de Hervé Joncour: su vida, sus logros, sus desgracias, sus pasiones y su trabajo, sin olvidar los viajes a Japón que marcaron por completo su existencia.
Hervé, natural de un pequeño pueblo francés, se encuentra sumergido un día de 1854(gracias al forastero Baldabiou) en el extravagante negocio de la seda, el cual le impulsa a realizar cuatro travesías al por aquel entonces bélico y misterioso Japón. Es allí donde Hervé conoce a una muchacha por la que no tarda en sentir una inevitable atracción, pese a estar casado con una mujer (Hélène) a la que adora.
Encontré este libro sumamente interesante, entre otras cosas, por la curiosa prosa del autor. Baricco tiene una pluma ágil, dinámica, extremadamente limpia, que me atrapó desde el segundo cero. Se vale de simples repeticiones de situaciones idénticas para recalcar aquello a lo que quiere que prestemos especial atención. Además, sus descripciones de países con culturas tan contrarias como lo son Francia y Japón son livianas, sencillas, sin una sola palabra fuera de lugar y con los detalles precisos. Esto también puede verse en los personajes, de los que únicamente deja caer matices esenciales permitiendo que el lector se quede con lo que les diferencia del resto, aquello que les define.
Hervé es el protagonista, y me inspiró una simpatía considerable por su forma de ser. Se muestra silencioso, inteligente y audaz, además de muy trabajador. Pese a ello, todavía más cariño le profeso a Baldabiou, con su ingenio y esa capacidad que tiene de conseguir sorprenderte siempre haciendo algo nuevo, original e impensable. Esos dos son, por tanto, mis personajes favoritos.
La trama está entretejida con pulcro cuidado, conformando una telaraña de acontecimientos bien enlazados que entretienen lo suficiente como para coger el libro con ganas, pero sin estancar la historia ni saturar de información al lector.
Lo único que tal vez no acabó de convencerme fue la carencia de profundidad psicológica en los personajes femeninos (Hélène y la joven japonesa), que me resultaron totalmente planas, sin ninguna intensificación o característica predominante, lo que contrastaba bastante con la elaboración de los personajes masculinos (Hervé, Baldabiou y Hara Kei, el proveedor principal de gusanos de seda de Hervé y pareja de la chica japonesa). Ellos tenían un evidente protagonismo, además de ser bastante redondos y completos, con rasgos definidos.
En general, el libro me ha gustado. Como ya he dicho, su prosa es tan diáfana y delicada como la propia seda que tanta importancia tiene en la historia, y por ello es una muy buena lectura para esos momentos en los que solo buscas algo con lo que pasar el rato sin darte grandes quebraderos de cabeza. Además, si te gustan los viajes, las culturas lejanas, Japón y las historias de amor camuflado y sutilmente velado tras la propia trama, este es tu libro.
—¿Lo mejor? La prosa del autor, tan relajante y limpia.
—¿Lo peor? La carencia de profundidad psicológica en los personajes femeninos.
3,5 / 5