Revista Cultura y Ocio
Tenía este libro en mi montón de pendientes desde hace unos tres o cuatro años (no tengo perdón de los dioses xD), y me apetecía mucho leerlo este verano, así que dije, ahora es el momento, y lo empecé sobre las doce del medio día. Bien, pues apenas he parado ni para comer hasta terminarlo, pasadas las siete y media de la tarde. Solo con esto ya os hacéis una idea de lo mucho que me ha gustado.
Empecemos por el principio. Anabel es una autora que me encanta, no hay obra suya que no me haya gustado, y por eso se que comprar sus libros es una apuesta segura. Cuando compré 'Ojos azules en Kabúl' pensé que se trataría de un libro con dos o tres capítulos de una niña que sufre mucho en Kabúl, pero que luego la rescatan de la miseria, viene a Valencia, y se recupera y la vemos hacer vida normal. Que equivocada estaba.
Esta novela nos muestra de una forma desgarradora el día a día de muchísimas mujeres que viven, no solo en esta ciudad, sino en muchas otras bajo el yugo musulmán. Es decir, se ven asoladas por las guerras, y como si eso fuera poco, tienen que sufrir palizas y violaciones dentro de su propio núcleo familiar. Los propios perros son mejor tratados, y no es una forma de hablar. Imaginaos la ansiedad que deben sentir cada segundo estas mujeres, y cuando digo mujeres, hablo del género femenino, pues niñas pequeñas, de nueve, once, doce, trece años son obligadas a casarse y mantener relaciones forzadas con hombres que podrían ser sus padres y sus abuelos. Y a causa de esto, muchas acaban suicidándose.
Ojos azules en Kabul me ha destrozado el corazón. La autora consigue que te adentres en la historia, que seas tú la que estás viviendo todas esas calamidades. Y lloras, vaya que si lloras... Te encariñas con los personajes como si fueran tu propia familia, y sientes un cúmulo de emociones que hacía años que no sentía con un libro: impotencia, tristeza, rabia... todas llevadas a los extremos.
En la segunda parte de la novela, cuando la protagonista por fin viene a España, crees que se habrá repuesto, pues la autora da un salto de siete años, pero las cosas no resultan tan sencillas cuando has tenido una infancia plagada de sucesos terroríficos. Saira tiene traumas, muchos traumas. Se siente tremendamente perdida. Y es que imaginad la situación. Es una adolescente, y a pesar de que Laura y Juanjo, los cuales la sacaron de Kabul, la tratan como una hija, es una edad dificil, si a eso le sumamos los traumas, estar lejos de toda la gente que conoció, haber dejado todo atrás...
Es una historia que te hace reflexionar. Tenemos tantísima suerte aquí. Es tan triste y descorazonador ver que estas situaciones suceden, que son el día a día de familias completas...
Una vez más, Anabel ha logrado poner mi corazón en un puño, pero esta vez de una forma brutal. Hacía años que no me leía una novela de mas de trescientas páginas en un solo día, y es que te engancha de tal manera, tienes esa necesidad de, de alguna manera, salvar a esa niñita de ocho años, que necesitas saber que va a estar a salvo, lo cual te lleva a seguir y seguir leyendo.
En fin, que se que esta reseña no va a ser una maravilla, y seguramente será un lío de datos y de información, pero es que os juro que no soy capaz de explicar todo lo que me ha transmitido. Simplemente os lo resumiré en una palabra, leedla.