Este es quizás uno de los libros más extraños que Iria y Selene han escrito nunca y por eso me ha dejado un poco meh. No es el peor que he leído de ellas, pero sin duda tampoco es mi favorito. Como ya nos tienen acostumbradas, Iria y Selene juegan a torturarnos emocionalmente con unos personajes con los que empatizas muchísimo. Sin embargo, creo que en esta ocasión me ha faltado tiempo con ellos para poder conectar del todo y poder sufrir tanto como ellos sufren.
La premisa de esta historia me parece muy interesante. Nathan esta condenado a llevar el amuleto del tiempo de por vida y a no poder usarlo. Esta maldición también ha hecho que tenga que casarse con la princesa de su tierra a la que no ama. Porque aunque siempre le han dicho lo que tiene que hacer, lo cierto es que no se puede controlar de quién te enamoras y para desgracia de Nathan se ha enamorado de la persona más estricta con las normas que conoce: Adam.
Adam es conocido por no saltarse las reglas nunca. Pero después de ver su muerte en el fuego decide que tiene que aprovechar su vida al máximo. Y eso significa dejar que Nathan le bese todas las noches hasta su muerte. Sabe que su destino es salvarlo y lo cierto es que no le molesta en absoluto. No le importa morir si eso significa que Nathan sobrevive.
Esta no es una historia alegre y divertida. No os la recomiendo para salir de un bloqueo lector, eso seguro. Pero si os gusta la pluma de estas autoras, tengo claro que os encantará la historia de Nathan, Adam y el resto de personajes. Y sufriréis. Sufriréis mucho.