Negro como el mar
Traductora: Neus NuenoEditorial: Plaza & Janés
Páginas: 304
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 9788401020421
Precio: 18,90 €
Sinopsis
Un crucero de glamour en un transatlántico de lujo se vuelve letal en la última novela de Mary Higgins Clark, la reina del suspense
Solo desea huir de la humillante escena del arresto de su prometido la víspera de su boda. Celia Kilbride, experta en joyas, acepta un puesto de trabajo en el transatlántico Queen Charlotte para escapar de la atención pública. Allí conoce a Lady Emily Haywood, de ochenta y seis años, dueña de un collar de esmeraldas de incalculable valor que desea donar a un museo tras el crucero.
Pero el tercer día de travesía encuentran a Lady Emily muerta y el collar ha desaparecido. La lista de sospechosos no hace más que crecer. Celia se dispone a encontrar al asesino sin darse cuenta de que se ha puesto en peligro mortal antes de que el crucero llegue a su fin.
Reseñas:«Una lectura ágil, con una trama bien trabajada que no se pierde en un final superfluo y que, sobre todo, cuenta con la dosis exacta de giros y sorpresas para que nos mantengamos enganchados.»Revista Kritica
«Me dio un susto de muerte.»The Guardian
«La reina de la alta tensión.»The New YorkerReseña
Reseña
Una novela policíaca que recuerda a los clásicos en la que el lector se rodeará de lujos, secretos, muerte y una joya de valor incalculable.
Nunca había leído nada de Mary Higgins Clark, la verdad. En el blog tenemos una reseña de otra obra suya, ¿Dónde te escondes? y Eva acabó encantada con la lectura, pero ya sabéis que es raro que yo coja novelas policíacas. Pero sí es cierto que ver esta novedad me dio ganas de leer algo de esta magnífica autora, y no me ha defraudado.
En esta novela el lector viaja durante una semana a bordo del Queen Charlotte, un lujoso crucero que ha congregado a una gran cantidad de ricos, famosos, expertos en determinados temas que están invitados como conferenciantes y demás personas que pueden permitirse un lujo así, desde nuevos millonarios a nobles, pasando por un policía infiltrado que va buscando a uno de los mejores ladrones. En él va Celia, la protagonista, que desea escapar de su vida por todo lo que ha liado su ex -ha estafado mucho dinero a mucha gente, siendo ella salpicada-. Celia es una una experta gemóloga que trabaja para reparando y tasando joyas de lujo, siendo invitada al crucero por una de sus pasajeras, lady Emily Haywook, quien mostrará al mundo una pieza única: el colgante de esmeraldas de Cleopatra, que se dice que perteneció a la misma reina de Egipto y cuyo país está lucha luchando por recuperarlo.
Como buena novela de misterio, durante el trayecto suceden robos, empiezan a vislumbrarse secretos, ocurre alguna que otra muerte... y todos los personajes son sospechosos, como no podía ser de otra manera. Celia jugará un papel fundamental al conocer determinados secretos que pueden poner su vida en riesgo. El lector tendrá la misión de descubrir quién es el culpable o los culpables, o al menos intentarlo, antes de que se resuelva todo.
Una cosa que me ha encantado del libro ha sido la cantidad de personajes útiles que existen. Todos cumplen perfectamente su función dentro de la historia; unos estarán más desarrollados que otros, pero todos están perfectamente definidos y muy estereotipados, es decir, con los clásicos clichés que la clase media podemos tener sobre las clases más altas, como son a la hora de comportarse, las refinerías, las manías, la visión que tienen de las clases inferiores, etc. La autora también ha sido capaz de darles una veracidad que parece que se puedan tocar, por lo que es imposible que el lector no se «relacione» con ellos, y ninguno le dejará frío.Evidentemente Celia es la que más juego da al ser la protagonista, pero hay un par de personajes que desde el primer momento tienen algo que no puedo explicar. Personalmente, me gusta mucho lady Emily.
«Qué pena, pensó, mientras experimentaba la inyección de energía que siempre sentía cuando se disponía a dar un golpe. Aunque la mayoría de las veces era capaz de conseguir el objeto de sus deseos sin la triste necesidad de acabar con la vida de nadie, era consciente de que esa noche podía verse obligado a hacerlo. Resultaba improbable que su visita al dormitorio de Lady Em no despertase a la dama.»
Y bueno, reconozco que mi apuesta no salió bien y no lo acerté, cosa que de verdad me alegra. La trama va girando de tal manera que sea complicadísimo poder encontrar al asesino y la idea de quién puede ser cambiará constantemente, algo imprescindible en este tipo de novelas y que la autora ha conseguido crear con gran maestría.
En cuanto a la narración, es una novela sencilla (que no simple), con mucha agilidad, con un vocabulario más que correcto, mérito también de la traductora, y una capacidad de atrapar al lector entre sus páginas envidiable, favorecida a su vez por el hecho de que los capítulos son muy cortos -a veces de una y dos páginas-, haciendo que se quiera seguir leyendo más y más.La novela se divide en seis partes, con un total de 97 capítulos más epílogo, todos contados por un narrador omnisciente.
Realmente, reseñar novelas policíacas tienen el problemas que no puedes meterte mucho más. Como conclusión, es una novela totalmente recomendable para los amantes del género y para los que quieran relajarse con una novela muy escrita que les mantendrá pegados a sus páginas.