Título: Los guardianes
Título original: The Guardians
Autor: John Grisham
Año de publicación: 2019 (2020 esta edición)
Editorial: Plaza & Janés
Nº de páginas: 399
Hoy vengo a hablarse sobre mi segunda experiencia de lectura con la plataforma Edición Anticipada. La primera fue en agosto y leí aquel libro en digital, a través de la aplicación. Esta vez ha sido en físico. Me llegaron dos correos con otros tantos títulos y llegué a tiempo para solicitar uno de ellos. Y aquí estamos.
Esta novela está protagonizada y narrada por Cullen Post, un abogado que también es sacerdote episcopaliano y que trabaja en una organización llamada Ministerio de los Guardianes, que se encarga de revisar y defender casos de personas que han sido encarceladas injustamente. Mientras lidian con otros casos, los Guardianes se centran en la exoneración de Quincy Miller. Cumple cadena perpetua por el asesinato del abogado que llevó su divorcio, aunque las pruebas que lo condenaron están muy lejos de demostrar su culpabilidad. Quincy solo sería el chivo expiatorio elegido para tapar algo mucho más grande, en lo que estarían implicadas personas poderosas. Y limpiar su nombre podría ser peligroso para Post.
Esta ha sido la primera vez que he leído un libro de John Grisham, aunque creo que tengo alguno en el Kindle desde hace tiempo. Ya conoces mi problema con los libros pendientes… El caso es que esta era la única de las dos opciones disponibles en Edición Anticipada que podía escoger, ya que la otra era una segunda parte y yo no tenía ni había leído la primera. Así que lo escogí y unos días después me llegó. Sabía que era una novedad, pero me hacía tanta ilusión recibir un libro que hasta me sorprendió que fuera en tapa dura. ¡Qué tontería!
Tengo que decir que me ha sorprendido gratamente esta novela, pero no porque la historia en sí sea inolvidable, sino porque consiguió emocionarme hasta la lágrima en un par de ocasiones. Y no es que sea algo demasiado difícil, porque soy un poquito llorona, pero nunca me había pasado con este tipo de libros. No puedo ni imaginarme lo duro que debe ser que te condenen por un crimen que no has cometido y que nadie crea en tu inocencia. Que sientas que estás solo/a y que no hay mucho que puedas hacer, más que esperar a que alguien confíe en ti y dedica que merece la pena luchar por tu caso. Y es que, además, las exoneraciones en estos casos son muy lentas. No solo te quitan una parte de tu vida injustamente, sino que se toman su tiempo para devolverte lo que te queda.
También me han gustado mucho los personajes. Post es el protagonista y nos vamos a pasar gran parte del libro viajando con él de un lado a otro, visitando a los clientes y rebuscando en el pasado en busca de nuevas pruebas, aclaraciones en los testimonios de los testigos y cualquier cosa que pueda ayudar a sus clientes. Está completamente entregado a su trabajo, tanto que come y duerme más bien poco. Además, conocemos su historia, desde que empezó como abogado tras terminar la carrera hasta que acabó entrando en los Guardianes, pasando por su etapa como sacerdote.
A Post lo acompañan Vicki, la creadora de la organización, y Mazy, el arma secreta del grupo a la hora de escribir apelaciones. Además, también trabaja con ellos Frankie, que pasó quince años en prisión por un crimen que no cometió y que fue el primer exonerado de los Guardianes. Y luego, por supuesto, tenemos a Quincy Miller y a Duke Russell, que serían los dos casos principales en los que trabaja el grupo.
Decía antes que este libro había conseguido emocionarme, pero también indignarme por el tema que trata. Porque, con mayor o menor fidelidad, refleja una situación real. No es solo un libro en el que alguien investiga algo y consigue sacar una verdad a la luz. De hecho, el propio autor cuenta en una nota final que la historia está inspirada en dos personas reales. Por un lado, James McCloskey, que lleva casi cuarenta años trabajando en exoneraciones y que ya ha liberado a sesenta y tres personas con la ayuda de su equipo en Centurion Ministries. Y por otro, Joe Bryan, un hombre injustamente acusado del asesinato de su mujer hace treinta años que sigue esperando a que llegue su libertad.
A este libro se le podría criticar que tiene un final previsible, pero creo que es la forma correcta de cerrar la historia, así que no lo tomaré como un defecto. Eso sí, llegas al final con la sensación de que podría ser un buen primer libro para una serie protagonizada por los Guardianes. Total, se hacen series de todo… Sea como sea, lo cierto es que es una historia a la que te enganchas fácilmente y que se lee rápido. Eso sí, hay algunas explicaciones legales (no demasiadas ni demasiado complicadas) y el autor repite mucho algunos datos, como el número de exonerados por la organización. Y como última pega, se podría decir que la acción en lo referente al caso de Quincy empieza hacia la mitad del libro, aunque es cierto que están pasando cosas desde la primera página y que hay una parte de contextualización de los personajes que no es aburrida, pero que llega algo de tiempo.
Yo diría que ha sido una buena forma de empezar con este autor al que volveré a leer porque, domo dije antes, creo que tengo algún libro suyo en mis pendientes.
En resumen…
– Lo mejor -> Es una lectura que pide seguir y que trata un tema interesante.
– Lo peor -> Algunos datos se repiten un poco y el caso principal tarda en arrancar.
– ¿Lo recomiendo? -> Sí. Ha sido una buena lectura, así que te animo a probar.