Editorial: Destino
Páginas: 428
Año de publicación: 2014
Precio: 18,50 €
Control, el director de la agencia estatal Southern Reach, se dirige al Área X. Está convencido de que si descubre cuál es el misterio que se esconde más allá de sus fronteras podrá evitar que su naturaleza amenazante se propague. Pero una vez allí todas sus convicciones se desmontan. En pleno invierno y sin ninguna certeza a la que aferrarse, deberá remontarse hasta los orígenes del Área X y aquellos que la han habitado para resolver el enigma.
Quizá debí intuir el cariz de este relato que, tratándose de un autor cuya prosa me ha ido resultando más oscura y misteriosa según avanzaban las páginas de cada uno de sus libros, se ha proclamado como broche final oscuro y simbolista a la par que uno de los pocos caminos posibles para cerrar y agradar al ávido lector en busca de respuestas sobre el Área X sin perder la esencia.
En esta ocasión el autor incluye entre sus voces narrativas a personajes que han supuesto un verdadero misterio, esos de los que necesitábamos realmente destapar el interior, y en la percepción del lector esto era sinónimo de entender el Área X, entender a Southern Reach, entender al autor en la complejidad del mensaje, un mural psicotrópico de palabras que enajenan e incitan al lector en la sinuosa lucha de la humanidad contra sí misma.Particularmente se mezclan las voces en el pasado con las voces del futuro, el autor tiene la pericia de intercalar la persona del relato, no solo para sumar profundidad y dramatismo con la combinación a una obra densa con una prosa cargada de figuras retóricas en un uso astuto del lenguaje. El efecto resulta ser revitalizante en la lectura, ameno en su función.
Creo haber destacado ya en anteriores ocasiones la naturaleza especulativa y lo ornamentada que está la teoría de una naturaleza mutante como también lo está el concepto peyorativo con que se trata a la organización designada a buscar las respuestas y soluciones que nunca llegan a pesar de tratarse como a una protagonista de la trama.
Sigue siendo la característica principal el marcado realismo del que está preñada la prosa y, a pesar de ello, ese realismo es el que proclama el triunfo del ocultismo que impera en la trilogía.
Sencillamente, el autor ha conseguido con su magistral uso del misterio y unos personajes diseñados en profundidad para ofrecernos una conclusión acorde con sus propias expectativas sobre el Área X.
Durante toda la trilogía los personajes han sido el canal principal, un elemento necesariamente bien cuidado y conseguido que en este tomo da por fin todos sus frutos marcando la diferencia.
Esta trilogía peca de ser lenta y densa. Para aquellos adecuados a las novelas como está, de culto con un concepto tan oscuro, no hace más que destacar la calidad del texto. A otros los puede privar de disfrutar de novelas tan completas. Quizá ser consciente de ello os anime a comprobar todos esos matices.
Como final, Aceptación no me ha decepcionado y creo que no podría aceptar otro final con la misma satisfacción que con éste que nos provee el autor. Da todo lo que esperaba sin traicionar la esencia de las novelas, la esencia del Área X, ni el estilo del que se ha caracterizado.
Sin duda es una de las mejores trilogías que he leído este año, pero eso ya lo esperaba, que además explora un concepto novedoso con unos personajes profundizados en un tono hiperrealista. Un fantástico uso del misterio y del lenguaje que culminan en una entretenidísima trilogía.