El segundo episodio de esta cuarta temporada de Agents of S.H.I.E.L.D. ha subido el nivel considerablemente respecto al estreno. Y aquí estamos una vez más para comentarlo.
Afortunadamente, para eso están también nuestros Agentes. El primer contacto con el Motorista (qué raro se me hace llamar así a un tío que va en coche) no se ha hecho esperar, y Mack y Fitz ya han visto la calavera llameante, lo cual nos llevará inevitablemente a la intervención de S.H.I.E.L.D. Eso sí, el dilema sigue abierto: ¿es el Motorista bueno o malo? Parece que a Daisy la duda no la va a hacer detenerse y está dispuesta a indagar sobre el contenido de esas cajas tan raras con la ayuda del cabeza de cerilla (ah no, ese era otro). Al menos, Coulson y compañía ya tienen excusa para ir tras Daisy.
Aunque el nuevo director no se lo pondrá fácil. Esta moderna versión de Jeffrey Mace, el Patriota
clásico de los cómics, nos es presentada como un Inhumano que se ha erigido como la nueva cabeza visible de S.H.I.E.L.D. Y es precisamente su condición de mejorado lo que le ha llevado a su puesto, en un intento de demostrar que ambas razas pueden llevarse bien. Este es un recurso muy utilizado en los cómics (sobre todo en lo referente a los mutantes) y que podemos ver hoy en día en la serie Imposibles Vengadores (Uncanny Avengers). Aun así, parece que muchos misterios nos aguardan en lo que respecta al nuevo director y su pasado con Coulson, a quien parece conocer muy bien.¿Y qué tenemos en el horno para los próximos capítulos? Descubrir más sobre el pasado de Robbi Reyes y esos fantasmas (¿alguna idea de quienes pueden ser, queridos lectores?) con la ayuda de Daisy, ver qué cartas toma S.H.I.E.L.D. en el asunto, qué más podemos esperar de AIDA después de no aparecer en este episodio, y ver qué será de Melinda May. Muchas cositas de interés y que han hecho de este capítulo uno muy entretenido que nos deja con ganas de mucho más. Si hay que ponerle un fallo, sería la falta de acción. Pero aún nos queda mucha temporada por delante.
PD: pon una hacha-escopeta en tu vida.