Título: Almendra
Autora: Won-pyung Sohn Editorial: Ediciones Temas de Hoy
Número de páginas: 256
ISBN: 9788499987910
Precio: 15 €
Puntuación: 7,5
Yunjae tiene dieciséis años, está en la edad de las emociones desbordadas, el amor y la rabia. Pero las amígdalas de su cerebro son pequeñas, más pequeñas que una almendra y, como consecuencia, Yunjae es incapaz de sentir nada.
Educado por su madre y su abuela, aprende a identificar las emociones de los demás y a fingir estados de ánimo para no destacar en un mundo que pronto lo tachará de extraño. «Si tu interlocutor llora, tú entrecierra los ojos, baja la cabeza y dale una suave palmada en la espalda», le dice su madre. Así construye una aparente normalidad que se hace trizas el día en que un psicópata ataca a ambas mujeres en la calle. Desde entonces, Yunjae debe aprender a vivir solo, sin deseo de derramar una lágrima, sin tristeza ni miedo ni felicidad.
A Yunjae le tienden la mano personas improbables: un antiguo amigo de su madre, una chica capaz de romper certezas e incluso un abusón con más afinidad de la esperada. Los tres quebrarán la soledad del protagonista de Almendra.Segunda lectura que termino para el Marzo asiático, y he de decir que de momento llevo una buena racha. Almendra es un libro que me ha gustado y que he leído bastante rápido, y he de decir que tiene ciertos puntos que me han recordado a mi anterior lectura: La dependienta, de Sayaka Murata.
El libro nos presenta a Yunjae, un protagonista diferente, que se sale de la norma debido a su incapacidad para identificar y expresar emociones. Como pasaba en La dependienta, nos encontramos con un personaje que no encaja, que es extraño, una excepción en la sociedad.Podríamos decir que el libro tiene dos partes: la primera, centrada en la infancia de Yunjae y cómo su madre y su abuela le ayudan a comportarse en sociedad, y la segunda, cuando Yunjae se ve solo en el mundo. Esta segunda parte se va a centrar en la amistad entre Yunjae y Gón, un chico que tiene muchos problemas y traumas del pasado.
Almendra es un libro que se pasa volando. Es muy ligero y se lee con facilidad. Debido a la incapacidad del protagonista para expresar emociones, el propio libro está escrito de esta manera: plano, directo, seco. Narra cosas muy duras con una voz muy neutra, desde el punto de vista de Yunjae. De nuevo, me ha gustado la forma de escribir porque casa con el personaje, igual que en el caso de La dependienta, y no he tenido ningún problema con esta falta de emoción. Pero no os engañéis: el libro es un drama.
La historia en sí no deja indiferente. Tenemos tragedias a raudales, tenemos soledad, injustica, bullying, prejuicios, pérdida y duelo. Pero, a pesar de ser un drama, la historia también es tierna, está llena de esperanza y hasta tiene ciertos toques de humor que me han encantado. Consigue transmitir mensajes que resuenan: la falta de empatía no del protagonista, sino de la sociedad; las expectativas para con los hijos; las segundas oportunidades y las personas que no son lo que parecen.
La única pega que le pongo es el final. Creo que es un final un poco apresurado, y con situaciones que se llegan a hacer surrealistas, al menos para mí. Creo que a la autora se le fue un poco de mano y se me hizo demasiado increíble. Algo más calmado hubiera funcionado mejor, pero bueno. Igualmente es un libro que recomiendo, y que además me parece muy buena opción para comenzar a leer literatura asiática.
En resumen:Almendra ha sido una buena lectura para continuar con el Marzo asiático.Dramático pero a la vez dulce, nos presenta a un protagonista con una condición muy especial: no puede transmitir ni identificar sentimientos.Con mensajes potentes, una trama centrada en la amistad y en la familia, es un libro que se lee con facilidad, con un toque juvenil y asequible para cualquier tipo de lector.