La Obra
Todos nos preguntamos por qué hemos venido a este mundo. Aunque encontremos la respuesta, a veces podemos perderla u olvidarla. ¿Y entonces? Seguimos viviendo. Y ante todo, amando.El dolor de Ana, la fortaleza de Iris y las dudas de Samuel nos llevarán por un camino que todos transitamos y del que queremos comprender lo máximo posible, intentando conferirle un significado a la vida, nuestro particular paseo en bicicleta.“La vida es como montar en bicicleta. Si quieres mantener el equilibrio tienes que seguir avanzando.”La Autora
Nacida en Medina del Campo (Valladolid) en el año 1988. Desde muy pequeña siempre tuvo afición por la lectura, lo que la llevó a los quince años a escribir su primera novela.Aunque ha pisado países como Japón, Polonia y Rusia, han sido lugares de España los que le han inspirado para dar forma a sus obras.De naturaleza altruista, su sueño es ayudar a las personas a través de la literatura.
***********************************“Aquel paseo en bicicleta” transcurre a través de los ojos de cinco narradores distintos, que son, a su vez los principales protagonistas de la historia: Ana, Samuel, Melibea, Iris y Ezra. Cada uno de ellos con marcadas y diferentes personalidades, algunas estereotípicas, que nos aportan varios puntos de vista sobre la vida y la forma de vivirla, y de los que tenemos mucho que aprender. Y tengo que confesaros que me he enamorado de una de esas personalidades: la de Iris.
“Un dibujo al óleo retratando mi pelo, que se extiende sobre mis labios tintados de carmín, otro a pastel de mi rostro en varias tonalidades; un post-it en el que me diste las gracias por prepararte la comida para que te llevaras al trabajo; ...un block de notas apenas empezado en el que la noche que paseamos bajo las estrellas está inmortalizada con un precioso dibujo hecho al agua y firmado con letra torpe e ilegible, pero perfecta a mis ojos...”
Este paseo en bicicleta, cuya metáfora se materializa en la bicicleta de Samuel, nos muestra la evolución en el plano emocional de sus personajes. Y nos plasma también sentimientos de duda, miedo, dolor, fortaleza u optimismo que anidan de forma mayoritaria en cada uno de ellos.
“Yo guardé silencio y me senté en una mesa de madera aparentemente desgastada, supongo que era lo que encarecía el precio. Todo me parecía un sinsentido: los platos de cerámica que el camarero retiraba para que no comieras en ellos, las sillas de diferentes formas y colores...”
En cuanto llevas un rato leyendo esta obra, te das cuenta de que la pluma de la autora tiene una magia especial. Plasma los sentimientos y las sensaciones de una forma aparentemente sencilla, y digo aparentemente porque no es fácil para un escritor expresar de la forma en que ella lo consigue, haciendo que siempre haya algún pequeño tramo del camino de ese paseo en bicicleta con el que los lectores nos sintamos identificados.