Del reconocido autor Albert Espinosa, Brújulas que buscan sonrisas fue un libro… curioso, fue n combate interno, pues lo primero que pensé es que era un libro de autoayuda (aclaro, no tengo nada contra el género, solo, no es mi favorito) pero conforme le fui dando una oportunidad, me encontré con una sorpresa, por decir lo menos, agradable.
He investigado del autor un poco y es una persona que vaya que ha pasado por cosas rudas a lo largo de su vida (mis respetos por su fortaleza) y estas experiencias de vida se ven reflejadas en su escritura. Dicho esto, vamos a ello:
El libro está narrado en primera persona, un personaje sin nombre, presumiblemente varón nos está narrando su camino a casa de padre a quien deberá cuidar por una promesa misteriosa, conforme el libro avanza vamos conociendo a sus familiares, a sus amigos y descubrimos que su padre está enfermo, probablemente tenga Alzheimer, además; una extraña enfermedad flota sobre toda la familia, una enfermedad donde presentan pequeños desmayos de 90 segundos hasta que un día simplemente… No es un desmayo.
El formato en que se nos va contando la historia es interesante, realiza viajes en el tiempo, saltando entre pasado y presente de forma casi aleatoria, es (sutilmente) como si estuviéramos viviendo la historia a través del padre, aunque resulta que quien nos está contando todo es el hijo. No vayan a creer que les estoy contando esto sin nombres por mera flojera o porque no los recuerde, aquí entra una de las características que más me han llamado la atención; ningún personaje tiene nombre propio, el narrador se refiere a todos como “padre”, “madre”, la exesposa de mi hermano”, “las gemelas”, “voy” (chiste del libro), etc.
Algo en lo que siempre hago énfasis es en la necesidad de que el autor construya buenas voces narrativas, que faciliten la lectura y nos hagan generar empatía hacia los personajes que discurren a lo largo de la obra. En este caso la necesidad es diferente, pues todo lo vivimos a través de los ojos del narrador. Sin embargo, logra darnos una noción general de los personajes mediante una breve semblanza y reafirma o contradice la apreciación del narrador con sus diálogos, y esto no se ve forzado, discurren como conversaciones naturales.
Personalmente, he sufrido un poco la lectura, por motivos personales de peso, ha sido un reto concluir la obra, el grado de similitud con algunas situaciones o comentarios lo volvían verdaderamente difícil de digerir (aunque suene a drama, hubo momentos en que tuve que parar la lectura). Sin embargo, el viaje ha valido la pena, la sinopsis lo advierte y lo cumple, es un viaje de conocimiento, buscando venganza, perdón, comprensión. Y eso hace, el libro cumple con ello y la sensación de vacío que deja es un tanto abrumadora.
Recomiendo el libro, sí. No es una lectura para cualquiera, sí.
En una escala de 5 estrellas a 1, le doy 3 estrellas y media.