Brújulas que buscan sonrisas perdidas de Albert Espinosa. Editorial Grijalbo, 2013. Tapa blanda, 240 pp., 16,90 €.
Por Carmen Fernández Etreros.
Comenzamos esta semana hablando de la cuarta novela de Albert Espinosa, Brújulas que buscan sonrisas perdidas. Una novela emotiva, bien estructurada, llena de mensajes que se clavan en el corazón del lector. Mensajes sobre la madurez y sus consecuencias, el perdón, el olvido, la soledad o la enfermedad, y también sobre la posibilidad de volver a vivir tras la muerte de un ser querido, de darse una segunda oportunidad. Un libro con el que he disfrutado, sonreído y llorado en muchas de sus páginas. Albert Espinosa tiene esa capacidad para llevar al lector al borde de los sentimientos más extremos.
El protagonista de esta novela, es un hombre desesperado EKaitz, que acaba de perder a su mujer en un tremendo accidente de tráfico, y ahora se encuentra perdido, tras haber estado un tiempo en una espiral de dolor y alcohol. No solo tiene una complicada situación laboral sino que además tiene que sacar adelante sus dos bebés gemelas él solo. Un hombre que ha perdido las sonrisas y necesita una brújula para volver a encontrar el camino. Una brújula que se encuentra en el pasado, en las palabras de su madre, en las promesas incumplidas.
El regreso a la vida comienza cuando el protagonista tiene que volver a la casa familiar para cuidar de su padre enfermo de alzhéimer y cáncer porque la enfermera que está con él tiene que volver con su familia. Y volverá al recuerdo de su madre y hermanos, a sus miedos y traumas, a su infancia: “Siempre he creído que es lo que somos… Somos traumas de la infancia... Lo que te prohibieron, lo que no te dieron, lo que te obligaron a aceptar y lo que te arrebataron crea tu carácter". Su padre, un director de cine ya retirado,no le reconoce cuando entra en un despacho a hablar con él y le confunde con un ayudante de producción al que necesita para buscar las localizaciones de su última película…
Curiosamente Brújulas que buscan sonrisas perdidas nos invita a la reflexión en cada una de sus páginas pero es también ágil y dinámica. A buscar en las pequeñas cosas y en rodearse de las personas adecuadas en nuestro archipiélago de sinceridad:
“Nunca dejaré de buscar mi archipiélago de sinceridad… ¿Quieres formar parte de él? «Jamás nos mentiremos… Escúchame bien, eso implica algo más que ser sincero… En este mundo mucha gente es falsa… Las mentiras te rodean… Saber que existe un archipiélago de personas que siempre te dirán la verdad vale mucho… Quiero que formes parte de mi archipiélago de sinceridad…»”.
Albert Espinosa ha logrado una buena técnica narrativa al mismo tiempo que unos personajes que destilan sinceridad y verdad: la excuñada, el hermano que le odia, el recuerdo de una madre enferma y sincera…Una novela que emociona pero al mismo tiempo retuerce el estómago de los lectores constantemente con los sentimientos y sufrimientos del protagonista.