Reseña, carcoma

    Carcoma es la primera novela de Layla Martínez. Un libro corto de terror, de 138 páginas,  que ha causado furor editorial y que me pareció apropiado para este mes,  caracterizado por la presencia de espíritus y otros seres sobrenaturales.

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    Todas las casas guardan la historia de quienes las han habitado. Las paredes de esta casa perdida en el páramo hablan de voces que surgen de debajo de las camas, de santas que se aparecen en el techo de la cocina, de desapariciones que nunca se resuelven. Los vecinos reniegan de sus dos habitantes a la luz del día, pero todos acuden a ellas cuando nadie los ve. La abuela se pasa los días hablando con las sombras que viven tras las paredes y dentro de los armarios. La nieta vuelve a la casa tras un incidente con la familia más rica del pueblo. Ahora, desenredando la historia de la casa, se han empezado a dar cuenta de que las sombras que la habitan estuvieron siempre de su lado.

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    Para mí esta lectura ha sido extraña, una vez la comencé, con la intención de ver cómo iba el asunto, no deseaba parar, a pesar de que tampoco es que sucediera nada en concreto pero el modo de exponerlo era llamativo y me atrapó.

    Narrada por dos mujeres: una anciana y su nieta, cada una queriendo dar su punto de vista tanto de sus vidas, como de la casa y de la otra persona que cohabita con ella. Es una opinión atroz, llena de remordimientos, rabia y desesperación. Un relato que te arrastra por la parte más oscura de sus vidas y de aquellas otras mujeres que las precedieron.
    Una novela corta que pareciera que nos habla de mil historias. Trata sobre la memoria histórica enterrada en montes y cunetas, habiendo muchas personas que no han logrado olvidar a todos aquellos que allí se encuentran. También sobre la violencia patriarcal que ha esclavizado a muchas mujeres. Sin olvidarnos del problema de clases y de lo difícil que es crecer y no sentirse menos ante los que “están por encima”.
    Los miedos y los rencores se heredan y los horrores del pasado se filtran en la argamasa de las paredes de nuestro ser y se apoderan de nosotros, carcomiendo nuestro ánimo, nuestras alegrías, nuestro futuro.
    Layla nos lleva de visita a una casa llena de sombras, de estampitas colgadas en la parra, de misterios tras las paredes, de muertos que se aparecen. Una casa terrorífica de la que no se puede salir. Se lee sin sentir o sintiendo demasiado. Un relato corto pero intenso y que se quedará en los recovecos de tu mente durante un tiempo. ¿Recomendable? ¡Por supuesto!